Capítulo 3

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-Como te digo Jennie puede que esta noche no tengamos que hacer todo lo que dicen las demás personas. No sé exactamente cómo te ha ido el día, pero puede que esta vez podamos salirnos con la nuestra sin importar lo que piense la sociedad.

Lisa la miró fijamente a los ojos, y aquellos impresionantes ojos la dejaron sin aliento, impidiéndole pensar con claridad. Era como si pudiera ver su alma desnuda.

-¿Qué te parece Jennie?

Jennie asintió y se puso de pie, ofreciéndole la mano. -Me preguntaba si te gustaría bailar.

La sonrisa de Lisa iluminó su rostro. Dios, se moría de ganas por probar no solo sus labios, sino también sus hoyuelos.

-Pensé que nunca me lo ibas a pedir, gatita.

Tomó su mano y la condujo a la pista de baile.

Rosé las divisó desde el bar y le hizo un gesto con el pulgar hacia arriba, sonriéndoles.

No le extrañaba que Rosé la incitara a ello, siempre su mejor amiga la apoyaba en todo.

En circunstancias normales, Jennie era siempre cautelosa y responsable, pero el alcohol corría por sus venas.

Además, con su ex había sido una buena chica, y todo había terminado en tristeza.

Esta noche, solo por una vez en la vida, podría hacer lo que quisiera.

Después de todo, nunca volvería a ver a Lisa.....
¿Qué daño podía hacerle?...

Se dirigió a la pista de baile de la mano de Lisa.

La música sonaba fuerte a su alrededor y todo le resultaba muy natural: Sentir cómo la abrazaba por detrás, notar su cuerpo presionado contra el suyo y sus brazos en torno a su cintura.

Se apretó contra Lisa y sintió que el calor de su cuerpo fluía hacia el suyo.

Jennie se apartó de Lisa y le sonrió de forma seductora.

Movió las caderas con un ritmo sensual de un lado a otro, haciéndole señas para volver a sus brazos.

Lisa rodeó sus hombros y Jennie presionó sus caderas contra las suyas.

Lisa buscó su boca e introdujo la lengua en busca de una caricia de la suya.

Jennie abrió la boca, perdiéndose en el beso que se hacía cada vez más profundo a medida que Lisa exploraba su boca.

Sintió un extraño calor en su vientre que se extendió hasta su sexo, un calor que no tenía nada que ver con su estado de embriaguez.

No, era Lisa y la conexión que ardía entre ellas, uniéndolas en aquel mismo instante.

Recorrió el cuerpo de Jennie con sus manos, apretando sus nalgas y acercándola más a su cuerpo.

Jennie gimió y mordisqueó su oreja. Inclinándose hacia delante, preguntó: -¿Podemos ir a un sitio más privado? Necesito algo más que bailar.

Lisa la abrazó con fuerza - Tengo que decirte algo antes, yo soy muy diferente a las demás chicas, soy intersexual y debes pensar primero si quieres dar ese paso ¿Estás segura? No quiero que te sientas obligada a hacer algo que no quieras Jennie.

Al responder, rozó sus labios-Quiero hacerlo, y si eres diferente cual es el inconveniente. Créeme, Lisa. No he estado más segura de nada en la vida.

Sus ojos la observaban, tratando de descubrir cualquier indicio de duda. - Bueno Jennie, entonces tengo una idea. Ven conmigo a mi limusina.

-¿Tu qué? - Abrió los ojos de par en par, y aunque aún dudaba de que Lisa fuera multimillonaria, Jennie empezaba a darse cuenta de que parte de su historia en el bar tenía que ser verdad.

Destino Inesperado (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora