Capítulo 11

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Aunque estaba abatida y un poco confusa por la conversación en la pastelería, Lisa se sentía mejor, alfín había dicho lo que sentía.

Su asistenta la Señorita Kim la intrigaba en todos los niveles.

Era raro que una chica es su vida le dijera que no.

Por lo general, le resultaba fácil lograr que hicieran lo que ella quería.

Solía ser muy leal. Había llevado a sus ex parejas a actos oficiales del brazo y no esperaba una pelea de celos.

Pero, sí, en general Lalisa Manoban era muy leal, y trataba con consideración a todas las chicas con las que salía.

El problema era que salía con muchas.
No podía negarlo.

Pero rara vez la habían rechazado y menos después de haberla besado.

Normalmente funcionaba.

Pero había algo especial en la Señorita Kim y lo sentia claramente.

Existía una conexión muy fuerte entre ellas pese a conocerla desde hacía apenas una semana.

Su sonrisa era contagiosa, su mirada felina única y no había podido evitar engancharse a su canal de YouTube.

Había visto ya más de un tercio de sus vídeos, aunque dijera que solo habían sido uno o dos.

Había algo cautivador en la señorita Kim.

Parecía inmune a su belleza y eso hacía que la deseara aún más.

La decisión final dependía solo de la señorita Kim, pero eso no significaba que hubiera bajado en su empeño por seducirla.

Había algo entre ellas, estaba claro, y Lisa no lo dejaría pasar por alto.

El rostro de Jennie se iluminó de alegría cuando terminaron de subir la interminable colina y los escalones hacia el parque.

También habían obras y mientras que en la primera etapa del museo tenía cierto aire siniestro en su exterior, aquello se asemejaba más a un cuento de hadas mezclado con una leyenda griega, sobre todo por la gran estructura del parque.

Corrió delante de Lisa y sus zapatos resonaron contra los escalones de mármol blanco. —¡Es como un sueño!

Lisa la contempló, observando cómo la luz del sol captaba los reflejos en su cabello mientras sonreía feliz. Sí, lo diré . —Es realmente un sueño.

—¡No! — dijo Jennie, dando vueltas, maravillada por las columnas que se alzaban nueve metros sobre ella. —Lo es.

—Me siento como si estuviera en el sueño de una noche de verano o algo así, como si fueran a salir hadas y bailando de los arbustos

Lisa asintió y se unió a Jennie, enlazando sus dedos a los suyos y llevándola hasta el último tramo de escaleras donde se encontraba el mirador.

En sus comienzos había sido un auténtico parque con vegetación y espacio.

Sin embargo, los bancos de piedra blanca estaban adornados con azulejos y trozos de elegante vidrio que los hacían brillar con la luz del sol poniente.

Además, ofrecían una panorámica perfecta de toda la ciudad.

El paisaje era impresionante, al igual que la sonrisa de la señorita Kim.

Caminó con Jennie hasta el banco más cercano al borde, se sentaron y contempló su amplia sonrisa al ver el espectáculo ante ella.

—Es mi sitio favorito para pensar.

Destino Inesperado (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora