Draco Malfoy Saliendo Con Un ¿Hufflepuff...?

4- El Hufflepuf, ¿un Potter?

-¿Draco? ¿Me estás prestando atencion?-. Preguntó Theodore a su amigo, notando que este no lo miraba y menos escuchaba. Así que puso su mano en su hombro y lo sacudió ligeramente, notando su mirada ir hacia la mesa Hufflepuff.- ¿A quien miras? Oh, a Potter.

Draco abrio los ojos de más, sorprendido por el apellido que acababa de salir de la boca de su amigo.- ¡¿Potter?! ¿Él es Potter?-.Pregunto mientras señalaba ligeramente con la mano al oji-verde de gafas que lo miraba intensamente.

-Claro que si, ¿no lo sabías?

El rubio negó repetidas veces con la cabeza. Mierda. Mierda. Mierda y más mierda.

Aquel Hufflepuf al que molestó era el hijo de uno de los socios más importantes de su padre, si ese estúpido Potter siquiera le insinuaba a su padre que lo insulté, todos los negocios de los Potter-Riddle's con los Malfoy's se iban a ir a la mierda.

Su padre iba a matarlo si se enteraba, definitivamente estaba perdido. Esto no podía estarle pasando, no a él el.

Hizo una mueca ahora, sin poder creer aquello y suspiró, levantándose de su asiento porque ya no tenía hambre.

-Eh, Theodore, voy a ir a mi habitación, hoy no quiero ir a clases. Si alguien me busca, diles que no me siento bien, y que por ningún motivo entren a mi habitación.- Explique rápidamente mientras me paraba de mi asiento y secaba mis palmas en mi pantalon.

Abandone el Gran Comedor rápidamente, con una mirada taladrandome la nuca, no necesitaba voltear para saber quien era el dueño de aquella miraba que me molestaba, Potter, estúpido Potter.

Supe que no llegaría a mi habitación sin vomitar en el proceso, así que rápidamente busqué el baño más cercano, y me adentré en este. Me sentía asfixiado, de repente la corbata me apretaba de más el cuello.

Me quité la corbata y quede solo en la camisa blanca del uniforme, la túnica había sido tirada por algún lado del baño.

Me arrodille rápidamente frente a un retrete y vomite lo poco que había comido. Con mi estómago ya vacío, fui hacia el lavabo, abrí la llave y mojé mi rostro con un poco de agua.

Escuche pasos, pasos que estaban prácticamente detrás mío, lo que me hizo mirar por el espejo, y por el reflejo pude ver al maldito Potter con sus estúpidas gafas redondas mirándome.

Rápidamente me quité las lágrimas del rostro, aunque no sabía cuándo había empezado a llorar.

-Potter.- Pronuncié con todo el desprecio que fui capaz de reunir en ese momento