9-Sinceridad

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El día siguiente no fue tan bueno.

Sentía como mi cabeza daba vueltas y no podía concentrarme en nada más que mi constante fatiga y pensamientos confusos.

Estaba terminando la clase de pociones, guardé rapidamente mis cosas para salir de allí pero un llamado me detuvo y me hizo maldecir.

-Señor Malfoy, quedese un momento.- Escuché la voz de Snape y suspiré, voltée a verlo con una falsa sonrisa.

-Sí señor-. Oí la risa de algunos Gryffindors y tuve que contenerme para no maldecirlos.

Cuando todos se habian ido y solo quedabamos el profesor y yo, él se acercó a mi y me miró de pies a cabeza.

-¿Estás bien? Me contaron que ayer no asististe a clases, he tenido que excusarte y decir que estabas enfermo ¿Que pasó ?

-Estoy y estaba de maravilla, solo tuve unos pequeños problemas emocionales.- Contesté .

-Que no vuelva a pasar.- Dijo él con un tono de regaño.

-Si señor, ¿puedo retirarme?-. Salí corriendo del aula después de el asentimiento de Snape.

Mis rapidos pasos se dirigieron hacia el lugar donde debía encontrarme con Potter. Al llegar pude ver que no habia nadie, pero yo habia llegado algunos minutos tarde. Supuse que él no iba a venir.

-Hola.- Una voz susurró en mi oido y de inmediato pegué un salto asustado, listo para sacar mi varita hasta que volteé y me encontré con esos irreconocibles ojos verdes.

-¡Potter! ¿Que te pasa? Me asustaste, maldito imbecil.- Solté un largo suspiro, poniendo una mano en mi pecho para calmarme.

-Esa era la idea, Draco.- Sonrió y sus estupidas gafas se desacomodaron un poco, y en ese momento me odié un poco por encontrar eso tierno.

-No me llames Draco, para ti soy Malfoy.- Aclaré mientras me cruzaba de brazos. ¿Quien se creía que era?

- Sí sí, ya sé se. Que aburrido eres.- Sonrio burlón, como si él encontrara divertido molestarme y ponerme a prueba.

-Eres un idiota, ni siquiera sé por qué vine. Quitate-. Traté de empujarlo ya que él tapaba la puerta, pero de nuevo, es más alto y fuerte que yo.

-Ey, ey, solo era una pequeña broma, ¿Perdiste tu sentido del humor?-. Él rió de nuevo y eso solo me hizo enfurecer aún más.

-Suéltame.- Exigí con voz molesta y me solté bruscamente de su agarre.

Acomodó sus gafas antes de mirarme, aún con esa estúpida sonrisa engreída en su rostro.- ¿Qué tal ha ido tu día?

-¿Que mierda te importa?-. Gruñí un poco ahora, aún de mal humor, solo queriendo borrarle esa sonrisa de la cara.

-Yo solo estaba preguntando-. Alzó sus manos en signo de paz.- ¿Es malo que me interese por ti?

-Si, nadie te ha pedido que seas tan chismoso y metido en mi vida.- Rodé los ojos un poco.

-Es parte de mi, no puedo evitarlo, solo quiero que estés bien.- Se alzó de hombros ahora, acercándose lentamente a mi, de la misma forma en la que un depredador se acerca a su presa.

Tragué saliva, retrocediendo un poco y de verdad odié ser la presa en ese momento. ¿Por qué Potter siempre me hacía sentir tan vulnerable y nervioso?-. Ni siquiera sé por qué vine, no hagas que me vaya.

-Oye, lo comprendo completamente, en serio, sé que te encanto y que piensas que soy muy guapo.- Él rió, acomodando sus gafas mejor, y apesar de lo molesto que Draco se veía, tenía que darle la razón, Potter era muy guapo.

-No te creas tanto.- Alcé una ceja y me crucé de brazos.- El único guapo de aquí soy yo.

Potter me miró de una forma que no pude interpretar ahora, pareciera como si me hubiera estado comiendo con la mirada.- Es verdad, lo eres.- Susurró por fin y luego de unos segundos sacó una manzana verde de su bolsillo.- Y por eso es que te traje esto.

Miré a Potter sorprendido ahora, rápidamente aceptando la manzana y no dudó en darle el primer mordisco.- ¿Cómo sabes que me gustan?

-Todos lo saben, solo se necesita observar.- Respondió él como si estuviera orgulloso de que me gustara su regalo.

-¿Así que acabas de aceptar que me observas y acosas?-. Alcé una ceja ahora, sonriendo un poco divertido.

-Tal vez.- Rió suavemente, su risa era realmente bonita, por lo que no pude evitar perderme en esta unos segundos.

-¿Por que me la das?-. Pregunté apenas salí de mi pequeño trance y lo miré acusatoriamente.

-¿Por que no habría de hacerlo?-. Respondió como si aquello fuera algo aceptable.

-Porque es muy raro, tu eres muy raro. De repente llegas, me avisas, me consuelas en el baño y ahora me das regalos. ¿Qué es lo que quieres realmente?-. Dije aún sospechando, no era muy común que la gente fuera amable con los Slytherin.

-Solo quiero ser lo que tú me permitas ser, Draco.- Él alzó las cejas, mirando nuevamente de una forma indescriptible, pero su tono de voz sonaba casi como si me estuviera rogando por más, solo casi.- Incluso si es solo ser tu amigo

-Ah-. Me senti un tanto desubicado por esa respuesta, viéndolo confundido.- Lastima, no me interesa. Supongo que te agradezco por la manzana-. Dije antes de salir rápidamente por la puerta, casí cayendo al piso cuando mi brazo chocó con el suyo.

El azabache solo suspiró, pasando sus manos por su cara, frustrado. El acercarse a Malfoy iba a resultar ser mas difícil de lo planeado, parecía que aquella serpiente era muy desconfiada.

"Eres Harry Potter, nada te queda difícil" Pensó mientras se miraba al espejo y poco después salió con una cara de malhumor.

Draco Malfoy Saliendo Con Un ¿Hufflepuff...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora