𝗛𝗢𝗢𝗗𝗜𝗘 𝗦𝗘𝗔𝗦𝗢𝗡 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍

𝙽𝙴𝙶𝚁𝙾 𝙿𝙾𝚁 𝚃𝚄𝚂 𝙾𝙹𝙾𝚂.

Otra vez estaba ahí, frente a la casa de Seungmin esperándolo como tantas veces lo había hecho antes, ¿qué era lo que cambiaba entonces? Pues prácticamente estaba siendo el violinista de ese día.

Suspiró cansado, ni siquiera empezaba lo que sería su sufrimiento y ya quería que acabara.

Seungmin salió de su casa y lo saludó alegre. Luego tomó su mano para caminar rumbo a la parada de autobuses.
Ese simple gesto le había esfumado su mal humor y lo único que tenía en la cabeza ahora era al menor.

Había optado por un conjunto con tonos negros, pero a decir verdad Seungmin se veía bien con todo lo que se ponía. Y eso Christopher lo sabía bien.

—Hoy está algo fresco, ¿no crees que vas a atrapar un resfriado? —preguntó el menor cuando ya se acercaban a la parada de autobuses.

A Chris le costó contestar porque parecía más sensible al tacto de su vecino que a sus palabras—. Supongo... No e–es como que me resfríe a menudo.

Su nerviosismo parecía estar a flor de piel, pero recordaba que acompañaría a su mejor amigo a una cita indirecta con un chico que ni siquiera conocía aún.

Seungmin jaló su mano y solo ahí notó que el autobús ya había llegado. Al subirse de algún modo todo se volvió silencio. El menor miraba por la ventana y Christopher lo miraba a él, ambos tenían una gran vista.

Chris aún no comprendía qué hacía ahí o porqué su amigo se comportaba como normalmente cuando se iba a encontrar con alguien que lo más posible estuviera interesado en él. Le parecía que Seungmin era demasiado inocente o muy tonto pata no darse cuenta de la situación en la que estaba y en la que había puesto a los demás.

De todas formas, estaban en camino y aunque Christopher no lo quisiese conocería a quien, según Seungmin, se hacía llamar Seo Changbin. Su nombre le sabía bastante amargo, pero no podía descartarlo como posible adversario antes de que supiera sus intenciones.

—Chris...

Al oír su nombre, se dio cuenta que, de alguna manera, el rostro de Seungmin estaba muy cerca del suyo. Las mejillas del menor estaban ligeramente rojas y sus ojos negros lo miraban intensamente. Estaba a punto de perderse en sus pensamientos otra vez (incluso pudo haberlo besado), pero Seung tocó su hombro sacándolo de su ensoñación.

—Tenemos que bajarnos en la siguiente parada.

Era un chico alto de apariencia atractiva, demasiado atractiva para ser buena y eso no le daba seguridad. Christopher lo saludó con algo de distanciamiento y no se apartó en ningún momento del lado de Seungmin. No supo ni siquiera qué película iban a ver hasta cuando estuvieron sentados en las butacas de la sala del cine.

Changbin bromeaba todo el tiempo con Seungmin y este no dejaba de reír por cualquier estupidez que saliera de la boca de él.

Terminó de comerse todas las palomitas y su mal humor pareció subir. Se levantó para ir al baño llamando la atención de Kim, pero no le tomó importancia. Christopher quería respirar, desestresarse un poco, dejar de tocar el violín para pensar en cómo superaría esa situación.

Nunca le habían gustado del todo los cines, en especial los baños, así que salió lo más pronto que pudo y pensó en quedarse unos instantes en el pasillo antes de entrar a la sala, cuando salió Changbin con el celular en la oreja.

—Ahora sí, aquí no hay tanto ruido —habló el chico que aparentemente contestaba una llamada, sin percatarse de la presencia de Christopher—. Felix ya te lo dije, no estoy para tus caprichos... Yo no... ¿Enserio? —dijo mientras una sonrisa brotaba de sus labios—. Si si, está bien, sí, voy de inmediato.

El menor alzó la vista y se percató del otro sujeto ahí, sin deshacer su sonrisa del todo.

—No es que me meta, pero creo que no estás en una muy buena posición hyung — Chris frunció el ceño, no entendiendo a qué se refería o porqué lo seguía mirando tan sonriente—. Se nota desde lejos que te gusta Seungmin, enserio, si pudieras ya me habrías matado con tu mirada desde hace tiempo.

Que alguien expusiera sus sentimientos así no era algo que le pasara a menudo, por eso sus mejillas no tardaron en colorearse, mientras escuchaba la sutil risa del contrario.

—Descuida, no tengo ninguna mala intención con Seungmin, es un buen chico y todo, además quería sacarle celos a mi novio y...

—Lo usaste —sus palabras no tenían ningún atisbo de interrogación, lo estaba afirmando y sabía que no estaba tan alejado de la realidad—. ¿Quién te crees?

—Por favor, no es la gran cosa.

—No lo vuelvas a hacer, está bien que seas su amigo, pero no que hagas algo tan desconsiderado como eso.

Christopher se fue sin decirle nada más, no soportaría seguir escuchando cosas de ese chico. Regresó al lado de Seungmin y le dijo que Changbin se tuvo que ir antes de que terminara la película. Pasaron el resto del filme en silencio, el mayor aún tenía algo de rabia por lo que había pasado, estaba tan ensimismado que terminó durmiéndose sentado en la butaca.

—Hyung... Christopher hyung, ya acabó la película —el menor susurró a su oído, cosa que su vecino no podía soportar y abrió los ojos de golpe, volviendo a encontrarse con los ojos que amaba.

Eran tan profundos, tan oscuros, pero tan brillantes a la vez. No sabía cómo describirlo pero se sentía inundado en ellos, se sentía pleno. Y eso era solamente mirándole a los ojos, Seungmin provocada muchas cosas en él que no podía explicar.

—Christopher tenemos que irnos, se está vaciando la sala.

La sensibilidad del mayor estaba a flor de piel como siempre (y aún más recientemente). Lo quería, lo quería de una forma increíble y no podía soportarlo mucho.

Sus ojos negros lo seguían mirando y atrapando de mil y unas formas que no había llegado a imaginar hasta ese preciso momento.

—Te amo.

Y lo dijo.