𝗛𝗢𝗢𝗗𝗜𝗘 𝗦𝗘𝗔𝗦𝗢𝗡 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍

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Seungmin se sentía muy bien con él. Sentía que estaba a salvo, que podía confiar en él, se sentía a gusto y no quería separarse de él jamás.

A medida que pasaban los días, uno tras otro, su corazón se ensanchaba cada vez que pensaba en él. Todo parecía revolotear, era como estar en el mejor lugar y, de hecho, estaba en el mejor lugar, a su lado.

El australiano lo veía y todo a su alrededor dejaba de tener importancia. Poco a poco, Seungmin solo tenía ojos para Christopher. Su sonrisa, sus ojos, sus mejillas, su cabello, todos sus pequeños detalles daban vueltas por su cabeza y no lo dejaban tranquilo. Pero ese era su pasatiempo, pensar en el mayor.

—Seungmin, ¿por qué estás tan ido? — preguntó su compañero de asiento. Cierto, estaban en clase y se había desconcentrado pensando en su novio. Eso no era bueno, tal vez sí, pero no en ese momento.

—Ah, yo... Lo siento, ¿en qué estábamos?

—En nada, ya terminé de hacer los ejercicios mientras tú estabas en quién sabe donde.

—¿En verdad? Lo siento, Jeongin, en serio lo siento. La próxima vez yo hago los ejercicios —juntó sus manos a modo de disculpas. Sí, no era el momento para pensar en Christopher.

—No te preocupes, está bien —sonrió el menor, restando le importancia. ¿Cómo era tan bueno?—. Pero hablando en serio, ¿te ocurre algo? No estás prestando mucha atención últimamente.

—Sí, estoy bien, de hecho, siento que estoy mucho mejor ahora que antes.

—¿Ocurrió algo bueno?

Seungmin sonrió ampliamente porque lo sabía, sabía que aquello no era solamente por Chan sino por él mismo. Al fin podía estar bien consigo mismo porque sentía que lo amaba, verdaderamente lo amaba.

—Es algo muy bueno, la verdad.

Y no dijo más. Su compañero se molestó por dejarlo a la mitad del chisme, pero se alegraba que estuviese de buen humor.

En el descanso de almuerzo, ambos se encontraron y procuraron buscar un buen lugar para almorzar juntos sin ser molestados. Y la azotea de veía como el lugar perfecto.

Técnicamente era un lugar con acceso restringido, pero nadie sabría que habían estado ahí.

—Christopher.

—¿Sí? Dime.

Pero las palabras no querían salir de su boca. El corazón de Seungmin latía tan rápido que lo aturdía, ¿así se sentía estar enamorado? Oh, cielo santo, estaba enamorado de su mejor amigo.

—¿Cómo... Quiero decir, ¿qué te hizo estar seguro de que estabas enamorado de mí? —no alzó la vista del envase de arroz que había llevado ese día, jugaba con sus palillos como si fuera muy divertido.

Chan carraspeó su garganta. No era tan común que el menor le preguntara esas cosas—. Pues, mi corazón se apretaba cuando pensaba en ti y, siendo sinceros, pensaba todo el tiempo en ti. Sonreía cada vez que te cruzabas por mi mente y no podía esperar hasta que fuera el tiempo de encontrarnos. Aunque todo eso me sigue pasando ahora, no ha cambiado nada en mí —sonrió levemente el mayor, y lanzó una ligera risa—. Hasta creo que me sucede más a menudo

El australiano no podía creerlo, era todo y tal cual como le pasaba. Todo lo que Chris  sentía, ahora lo sentía él. Su corazón se llenaba con las palabras del mayor y sentía que desbordaba todo el amor que sentía por él.

Sí, era oficial, se había enamorado de Bang Christopher Chan.

El mayor al no ver respuesta, buscó la mirada de su novio y se alertó al ver pequeñas lágrimas saliendo de sus preciosos ojos. Rápidamente tomó su rostro con delicadeza, poniendo una mano en cada mejilla. Los ojos de Seungmin, al conectar con los suyos, se veían vidriosos y brillantes. No entendía la situación, pero no le gustaba verlo llorar.

—¿Qué sucede? Oh, Seungmin, por favor no llores.

Pero el menor no podía, no había otra forma en la cual podía expresar lo que sentía. Sus palabras seguían sin querer salir. No sabía cómo hacerlo, decirle que lo amaba, que no tenía que hacer nada más porque ya estaba hecho, ya no había nada que lo convenciese de sus sentimientos. Cada fibra de su ser lo amaba inmensamente.

—Por favor, ya no llores —decía el mayor, sin entender la situación. Lo rodeó en sus brazos, besando su frente infinitas veces. Él no lo sabía, pero ese llanto era de felicidad pura, era de amor y comodidad.

Cielos, Seungmin se sentía tan bien con él, en sus brazos sentía que todo estaba bien, sentía que podía descansar y que lo tenía todo. No necesitaba más que a Christopher.

Lo volvió a mirar a los ojos, quería decírselo, que era correspondido de la misma forma. Que ya no sólo le gustaba, sino que lo amaba. Pero no pudo hasta después de unos minutos.

Sus lágrimas habían cesado, su respiración seguía inestable, pero ahora podía verlo a los ojos claramente y no a través de una cortina de lágrimas. Bang no había dejado de acariciar sus cabellos, quería calmarlo lo más posible, quería estar con él y asegurarse que estaría bien.

—Chris... Chris hyung.

—¿Ya estás mejor? ¿Puedes decirme qué sucede?

Seungmin sorbeteó su nariz, mientras pasaba una mano por sus párpados, quitando la humedad que quedaba en ellos. Sonrió levemente.

—No es nada malo. Lo siento por asustarte, no sé porqué lloré tanto, simplemente no pude controlarlo.

—Está bien, pero, ¿en serio no pasa nada? ¿Estás bien?

—Mejor que nunca —Seungmin suspiró, sí, tal vez le sería un poco difícil decirlo, pero estaba seguro de que lo haría, no dañaría más a Christopher—. Sé que ha sido difícil para ti, yo lo siento por todo, pero no me era tan fácil aceptar todo esto, incluso después de que me diera cuenta que también me gustabas, todo era... difícil y muy complicado con mis sentimientos. Era como un caos en mi mente y mi corazón, y mi...

—Lo sé. Te entiendo, por eso no quiero presionarte, si no estás seguro, tú...

—No, Chris, yo...

—Ustedes dos, no pueden estar aquí — irrumpió una tercera persona, dejando las palabras de Seungmin a medias.

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