𝗛𝗢𝗢𝗗𝗜𝗘 𝗦𝗘𝗔𝗦𝗢𝗡 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍

𝚅𝙸𝙾𝙻𝙴𝚃𝙰 𝙿𝙾𝚁 𝙽𝙾𝚂𝙾𝚃𝚁𝙾𝚂.

Después de esa primera cita, vinieron muchas, sí, muchas.

Christopher amaba pasar tiempo con él, como siempre. Pero descubrió que después de confesarse, amaba más pasar tiempo con él. Se sentía más liberado y podía actuar como su corazón le decía.

Seungmin se sentía emocionado cada vez que el mayor lo invitaba a algún lugar, aun si solo paseaban por ahí. Estar a su lado se volvía tan reconfortante, más que antes. Era una nueva sensación y la amaba, amaba sonreír con él, amaba sonrojarse por su causa, ¿lo amaba?.

Un golpeteo se escuchó en la puerta de entrada de la casa de Kim. Hoy tenía una cita con Chan, así que no se sorprendió de verlo en el umbral.

—Wow, tú...

—Al parecer pensamos igual —rió el mayor al ver que ambos vestían prendas violáceas. Seungmin con su típico hoodie y Christopher con una camisa violeta que le había regalado su mamá.

El australiano salió de su casa y seguidamente se tomaron de las manos para dirigirse a donde sea que fueran. Chan no le había dicho a dónde iban y mientras llegaban, ignoraba la curiosidad de Seungmin, hablándole de cualquier cosa.

—Llegamos.

—¿Esta es...

Chris asintió. Era la misma tienda de batidos a la que habían ido en su primera cita. Donde también se habían dado su primer beso.

Entraron y una especie de déja vu los inundó. Seungmin sintió un escalofrío recorrerle desde la mano con la que sostenía la mano del mayor hasta la espalda, y por esta razón soltó su agarre. Christopher volteó a verlo, preguntándole si algo estaba mal.

—Buscaré una mesa mientras ordenas.

Luego de que hubo tomado asiento, se dio cuenta que su excusa había sido muy patética. El lugar ni siquiera estaba tan lleno como para hacer esa maniobra, ¿entonces por qué se impulsó a alejarse de él?.

Al parecer estaba nervioso, pero ¿por qué? No era como si Christopher lo fuera a besar otra vez y eso, en cierta manera, lo entristeció.

Si, quería besarlo, más que a nada en el mundo, quería volver a sentir sus labios. Es más, lo quería de todas las maneras posibles. ¿Pero cómo le explicaba eso? Era algo que había visto imposible hace unas semanas y ahora... ¿Qué le pasaba ahora?

Estaba tratando de averiguar qué es lo que le pasaba con su mejor amigo. ¿Por qué sentía su corazón apretarse cada vez que lo veía a los ojos? ¿Por qué se sentía tan bien cuando lo abrazaba? ¿Por qué se sentía que con él podía olvidarse de sus preocupaciones?.

—Seungmin.

—¿Ah? Dime.

—¿Estás bien? Te he estado hablando por un buen rato y no contestas.

—Sí, estoy bien. Solo que... —Kim no sabía como explicarle lo que pensaba. No podía mentirle eso estaba claro, pero no podía escoger bien sus palabras—. ¿Recuerdas cuando nos besamos?

Chan se sobresaltó, ¿a qué venía todo eso?.

—Lo recuerdo —¿qué si lo recordaba? Cielos, ese momento se había grabado en su mente. Todos los días lo recordaba, cerraba sus ojos y creía volver a sentir los labios de Seungmin, volver a sentir su corazón detenerse por esa acción. Por supuesto que la recordaba, no había manera en que la olvidara.

—Pues... No sé. Christopher, no sé qué pensar —cubrió su cara con sus manos, de otra forma no podría decir lo que quería—. M–mi corazón se pone tonto cuando te veo... Quiero decir hace así como, uh, como si se fuera a salir, y, y, y me siento tan bien contigo que...

Chan tomó sus manos para que lo mirara, su sonrisa no podía ser más bonita, eso pensó el menor al verlo—. Está bien, así mismo me siento contigo, ¿eso quiere decir que...

—No lo sé... tal vez sigo confundido, no quiero herirte... —pero lo estaba haciendo, le daba ilusiones y luego las negaba. Seungmin creía que era una terrible persona, veía como la sonrisa del mayor se iba desvaneciendo y sí, se sentía una terrible persona—. ¿Podría... besarte?

—¿Eh?

Sin embargo, Christopher no tuvo tiempo de pensar porque el menor ya se acercaba a su rostro. Su corazón palpitaba muy rápido al ver a Seungmin con los ojos cerrados y con un fuerte sonrojo en sus mejillas. Lo iba a besar, ¿eso estaba bien siquiera?.

—Minnie espera. No quiero que te sientas obligado.

—No, yo quiero.

Sus labios se unieron y volvieron a sentir aquello que sintieron la primera vez que se besaron. Pero esta vez no había confusión, no, sus corazones los impulsaban y sabían que eso era lo correcto. Ambos querían eso, y no les importaba si había gente mirando, maldición, era el beso que habían estado esperando por mucho desde la última vez.

Chan acunó el rostro de su mejor amigo, de su vida, de su todo y acarició las constelaciones que tenía en sus mejillas.

—Christopher, me gustas.

Y el corazón del nombrado se llenó, se rebalsó a tal punto que no sabía cómo expresar lo que sentía, ¿así era cuando te correspondían? Se sentía mágico, ideal y perfecto.

—Y...ahora, si–si tú me gustas, y yo ¿te gusto? Si, ¿que hacemos?

—Chris, ¿es muy difícil preguntarme si somos novios? ¿Debería preguntarte lo yo? ¿Quieres ser... —Seungmin abrió los ojos como sorprendido por el nudo que de repente se le formó en la garganta—. Vaya, si es difícil.

Ambos sonrieron tímidamente y dejaron de hablar mientras se terminaban sus batidos. Seungmin miraba a Chan y Chan miraba a Seungmin, ambos se sonrojaban y apartaban la mirada.

—¿Deberíamos volver a casa?

Ambos se fueron. Caminaron de vuelta con las manos entrelazadas. Parecían una pareja sí, pero no lo eran y eso le carcomía a Kim. Él era quien recientemente había descubierto que le gustaba su mejor amigo, pero Chris, Chris lo había descubierto hace cuatro años ya, y aún así lo había esperado. Sin embargo Seungmin sentía que no podía esperar.

Así que se detuvo cuando llegaron frente a su casa y tomó al mayor de las mejillas para besarlo, ¿estaba desesperado? ¿Se podía volver adicto a eso? El menor de verdad lo quería—. ¿Podríamos empezar desde hoy? Ya sabes, siendo novios y...

—Sí.

Seungmin sonrió.

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