La cigüeña

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Leiftan.

Lena miraba a sus padres por pausas iguales mientras en sus brazos sostenía a Amaya, la gatita que siempre ha estado con ella desde que nació, sus padres le habían dado una noticia que ellos esperaban la llenara de alegría, pero, en lugar de eso la pequeña rubia de ojos esmeralda solo les miraba en silencio.

-Lena, angelito ¿No te da alegría? ¡Vas a tener una hermanita! - exclamo Leiftan.

-O tal vez un hermanito. - dijo Erika. Desde que ambos padres se enteraron del nuevo embarazo sorpresa de Erika, temían un poco por la reacción de su pequeña de seis años. - ¿Lena?

- ¿Dónde está? - fue su pregunta. - ¿Dónde está mi hermanito o hermanita?

-Tu hermanito ahora se encuentra en la barriga de mami. - respondió su padre, los ojos de su niña se entrecerraron ligeramente enfocándose en Erika.

- ¿Y cómo llego hasta ese lugar? ¡¿Se lo comió?!

-No mi angelito, tu hermanito llego...-dudo Erika, hasta ahora no se habían planteado la idea de explicarle a su hija de cómo responder ante la llegada del bebé. - Bueno...Leiftan ¿Cómo llego el bebé?

Leiftan entre abrió la boca haciéndose la misma pregunta mental que su esposa ¿Cómo explicarle? Estaba seguro de que si le decía que la cigüeña traía a los niños no se lo creería pues ya le habían dicho que el bebé estaba en la barriga de Erika y además si le decían que era un ave, Lena saltaría a decir que Amaya se lo comería y no podría traer al bebé, entonces ¿Qué podría decirle?

-Entonces ¿Cómo llego el bebé a la barriga de mami?

- ¡Por una flor! - Exclamo Leiftan, Erika se giró a ver a su esposo enarcando una ceja. - Si, tu mami y yo caminamos por el parque y cortamos un diente de león, entonces mami lo soplo pidiendo un deseo que era tener una hermanita para Lena, entonces una semillita de esa flor le entro a la boca y se la trago, así es como el bebé termino en su barriga.

Lena abrió los ojos tan grandes que ambos pensaron se había creído esa explicación.

- ¡Amaya se comió un diente de león! - exclamo levantando a la gatita. - ¡Mami y Amaya van a tener bebés!

Ambos no pudieron aguantar la risa por aquello, prefirieron no decir más nada al respecto, por ahora era mejor si la niña se creía esa pequeña mentira, después se ocuparían de explicarle por qué Amaya no tendría gatitos.

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Mathieu.

Clio observo la entrada principal abrirse, sus tres pequeños beisbolistas entraron gritando y corriendo en dirección a la mesa donde les esperaban algunos jugos y galletas, por la sonrisa de su esposo se notaba que habían tenido un gran partido en la liga infantil, desde que nacieron él se había empeñado en que los trillizos practicaran ese deporte.

-Mathieu tenemos que hablar. - el tono serio en la voz de su esposa le hizo pensar que algo no estaba bien.

Ambos se encaminaron a la cocina y los trillizos solo miraron a sus padres desaparecer por la puerta, esperaron unos segundos antes de correr hacia la puerta para escuchar lo que hablaban, seguramente su madre ya había encontrado la bonita serpiente que escondieron en los zapatos de su padre.

-¿Esta todo bien?- pregunto Mathieu, Clio parecía nerviosa y golpeaba repetidas veces algo blanco contra su mano.- ¿Clio?

-Estoy embarazada. - soltó de golpe dándole la prueba de embarazo positiva.

(AU) La paternidad según...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora