Capítulo 1: Un Encuentro en Londres

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La historia no tiene un principio claro ni promete un final definido. Todo empezó cuando decidí que quería estudiar en el extranjero, y Londres se convirtió en mi destino. Conseguí una beca para la prestigiosa Universidad de Oxford, un sueño que llevaba años esperando. A pesar de los recuerdos agridulces de unas vacaciones familiares que no salieron como esperaba, la ciudad me atraía con su mezcla de historia y modernidad.

Cuando le conté a mis padres sobre la beca, sus reacciones fueron variadas. Mamá, preocupada, no pudo ocultar sus dudas. "¿Por qué tan lejos?", preguntaba una y otra vez, mientras trataba de entender mi decisión. Papá, en su estilo habitual, parecía indiferente. Aunque sabía que me apoyaban de alguna manera, no dejaba de sentir que me adentraba sola en esta nueva aventura.

Al llegar a Londres, el peso de la independencia se mezclaba con la emoción de estar en una ciudad tan vibrante. Los primeros días en la universidad fueron una vorágine de clases, nuevos amigos y adaptaciones. Fue allí, en un día cualquiera, cuando conocí a Luke. No sé si llamarlo destino o casualidad, pero nuestras vidas se cruzaron de manera tan inesperada que parecía sacado de una película.

Luke tenía algo que me intrigaba. Tal vez era su sentido del humor o la manera en que lograba hacerme sentir cómoda en una ciudad que aún me parecía un tanto ajena. Comenzamos a pasar tiempo juntos, explorando rincones de Londres que nunca había conocido. A pesar de lo ocupada que estaba con mis estudios, nuestras conversaciones y encuentros se convirtieron en una constante que iluminaba mis días.

Sin embargo, todo cambió cuando el semestre terminó. Regresé a mi país natal con una mezcla de nostalgia y temor. Sabía que dejar Londres significaba dejar a Luke atrás, y la idea de mantener una relación a distancia se hacía cada vez más real. Nuestros mundos, aunque conectados por una pantalla, parecían demasiado lejanos.

Así comenzó nuestra relación a distancia, un desafío que no había previsto. Londres y mi hogar se sentían a mundos de distancia, pero las conversaciones nocturnas, los mensajes interminables y las promesas de vernos de nuevo mantenían vivo el vínculo. No había manera de saber si esto funcionaría, pero estábamos dispuestos a intentarlo.

Luke y SarahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora