Capitulo 18

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Al día siguiente de haber llegado a  Cuba, nos levantamos y volví a mi habitación para bañarme. Como Diego  había dicho que nos íbamos para la playa, me puse un hilo  dental rojo y una camiseta blanca apretada con un corazón a la  altura de las tetas, la cual marcaba mis pezones y transparentaban  los piercings. Martha estaba igual a mí, pero con la camisetica  amarrada arriba de la barriga. Mientras desayunábamos, la Gente nos miraba  y murmuraba todo el tiempo. Ya estando en la playa del  Hotel, empezamos a fumar y a asolearnos al son de unos Bloody Marys. Éramos  la atracción de todos los tipos, puesto que Diego nos obligaba a tomar el  sol con las piernas abiertas. Por su parte, las mujeres medio miraban  pero desconcertadas.  

De repente, Diego dijo que había visto a mi  ex-marido de lejos... Yo quedé paralizada!. Nada de raro tenía porque yo ya  había pasado unas vacaciones en Cuba con él, además Diego lo  conocía desde la vez que me hizo la ligadura de trompas en su clínica.  Volteé a mirar donde me dijo y, desde luego, era Sebastián con mi hijo. Lo  peor de todo es que a escasos metros estaban mis papás y mis suegros.  Me quería morir... Seguro que Diego me iba a hacer alguna de sus  embarradas "No mi amor, no se parece ni cinco", le contesté. Entonces él insistió diciendo que sí era y me sugirió que fuera a  saludarlo. "No puedo, está con mi hijo... Acuérdate que  tengo prohibido acercármele". Como teníamos el servicio  internacional de roaming de Comcel, Diego me dijo que lo llamara al  celular y cuadrara con él para vernos. Sebastián se había metido al  mar y, obviamente, no contestaba; así que el plan B de mi querido ginecólogo era  llamar a mi mamá!. Aparte quería que convenciera a mi ex de salir con  nosotros por la noche a comer y a tomarnos unos tragos, porque según  él quería conocerlo mejor. "Está bien, le voy a decir, pero primero  déjame ir al baño Diego".

Cogí la camisetica para ponérmela y me la rapó: Nadita de  camisetas mi amorcito, te vas al baño pero únicamente en  tanga!". Me dirigí al baño muriéndome de la pena... Al  volver del baño llamé a mi mamá del celular: "Hola Mami, soy yo, Paulina". "¿Quiubo hija, dónde estás? Hace meses no sé nada de ti",  contestó. "Te estoy  viendo aquí en la playa del Hotel Xanadú de Cuba, pero no me acerqué a  saludarte por lo del niño". "Mejor, no quiero que te acerques ni a tu hijo ni a tu papá porque está muy enfermo". "Mami, si te parece  veámonos atrás del espolón que está ahí....". "Ok, nos vemos allá en 5 minutos y yo voy con Sebastián". Colgué el teléfono y le rogué a  Diego que me dejara poner la camiseta, pero no quiso. Me dijo que a las  putas no les daba vergüenza mostrar su cuerpo y que si me tapaba me  atenía a las consecuencias. Prendí un cigarrillo para tener algo entre las manos  y calmar los nervios. Cuando llegué donde estaba mi mamá con mi ex-esposo los saludé de beso y ambos se quedaron atónitos mirándome...

- "¿Nena qué te hiciste en la cara y el cuerpo?  Estás toda operada: busto, nariz... Y esos aretes en los  senos y la lengua?!".

- "Sí mami, me operé el  busto porque lo tenía muy pequeño, ahora es 95. Mi nariz nunca me  gustó y ahora está más linda, aparte mi novio quería que me  operara". 

- "¿Y ese poco de aretes? ¿Y el tatuaje?".

- "A mi  novio, que es el que está ahí con mi amiga embarazada le  encantan".- "¿Y por qué estás en Topless? Se ve horrible eso, dejas  mucho que desear....".

- "Ay mamiii, para asolearme mejor y quedar más  quemadita. A Diego le fascina verme negrita todo el tiempo, por  eso en Bogotá estoy yendo a la cámara de bronceo".

HISTORIA DE UNA ESPOSA EJEMPLAR Por: Paulina ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora