Capitulo 20

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Después del desorden que armó Diego con Sebastián, quedo comprobado que lo mejor era mejor no volver a vernos durante la estadía en Cuba con mi ex; así que los días restantes, en vez de ir a la playa, alquilamos un yatecito y no la pasábamos bañándonos en altamar como vinimos al mundo: sin tanga ni nada... Además dispuestas a hacer de todo en medio de la inmensidad del océano.  Nuestro ginecólogo se había vuelto cada vez más enfermo por el sexo en el paseo... Nos comía y nos exhibía a su gusto, no obligaba a chupársela en cualquier lado; en plena calle, de día, en el carro, en el baño de los restaurantes, etc. Cuando tirábamos y no podía más de tanto venirse, así tomara Viagra para incrementar su resistencia, nos obligaba a hacer cosas entre nosotras. Le encantaba que yo tuviera el rol de dominante con Martha y que me la comiera por delante y por detrás con un consolador de amarrar a la cintura. 

La semana de vacaciones finalmente terminó, pero Diego la alargó unos días porque había quedado de verse en Cuba con otro médico amigo suyo (Uno de los que me violó en la casa). Nos dijo que estaba saturado de vernos y que se quedaba en el Hotel a esperar a su colega para pasar unos días extras e irse de tour a los mejores sitios de 'Jineteras' de la isla; por lo tanto, lo mejor era que nos devolviéramos a Bogotá. En el vuelo de regreso, le pedí disculpas a Martha por los insultos, humillaciones y azotes que le había propinado Diego para su propio placer de Mario. Le dije que no era culpa mía, ya que no me quedaba otra salida que hacer lo que me ordenaba.

"Está bien 'Pau', te perdono; lo que si me preocupa y asusta es el rollo en que me estoy metiendo... Todavía no me lo creo y me niego a creer que puedo llegar a terminar como tu, más teniendo en cuenta que tengo dos hijos muy chiquitos más la nena que está por nacer", me contestó. Además dijo que entendía lo que me había pasado y todo lo que había hecho por Diego, así estuviera aterrada de haber visto lo del DVD con mi cuñado; que ella no podía permitirse acabar igual que yo porque tenía más de cuarenta años y no podía vivir de puta aunque quisiera.  "Tienes razón mi amor, tienes que intentar perdértele a Diego y te prometo que voy a hacer hasta lo imposible para que se olvide de ti. Tan pronto lleguemos a Bogotá vete a tu casita, pórtate divina con tu su marido y trata de olvidar todo", le aconsejé, no sin antes dejarle en claro que la seguiría viendo en el Club y que de vez en cuando haríamos el amor.

Al llegar al Aeropuerto "El Dorado", ya de noche, nos despedimos de besito. Debo confesar que sentí envidia, pues a mí me hubiera gustado poder hacer lo de ella: volver con la familia... Pero en mi caso era demasiado tarde. En mi casa prendí el jacuzzi y fumándome un cigarrillo me puse a pensar sobre mi vida; estaba claro que no tenía otra salida que ejercer de puta, así que decidí sacarle el máximo de provecho a mi cuerpo. En pocos días iba a cumplir 29 años, lo cual indicaba que me quedaban unos 4 o 5 años para ganar toda la plata que pudiera, y luego, quizás, enamorar a un tipo rico que me mantuviera como una reina. Me tocaría ser realmente una prostituta con Diego y sacarle toda la plata que pudiera... Acaso no quería una puta? Entonces la iba a tener y de las caras!. Me acordé que Fabio, el floricultor con que me acosté en el consultorio (Cap. 16), tenía varias casas de putas en las afueras de Bogotá, me había ofrecido trabajo. Era obvio y apenas lógico que cuando Diego se cansara de mí iba a necesitar la protección de un hombre, aparte yo me sentía tremendamente insegura si no tenía uno al lado. Todo el mundo pensaba que era una puta, no? Pues tenía que aprovecharlo y sacarle el fruto por vender mi boca, cuca y culo! Mi cuerpo me proporcionaría mucho más de lo que nunca me hubiera dado mi cerebro si hubiera seguido trabajando en lo que estudié.  Sabiendo que Diego se iba a quedar unos días más en Cuba, me di cuenta que era la oportunidad para conocer mejor a Fabio; así que llamé a Ana y nos pusimos una cita para que me contactara con él. Nos encontramos en el parque de la 93, en San Ángel, donde le conté que había decidido dedicarme a la prostitución de cuerpo y alma para sacar toda la plata que pudiera en lo que me restaba de mis años mozos. Para tal fin necesitaba volármele a Diego...  "Nena, no te preocupes por eso, Diego te tiene como su putica de turno y eso no le va a durar más de un año. Además puedes hacer que se mame de ti rapidito: vuélvete intensa, llámalo cada 15 minutos al celular desde los almacenes de ropa para pedirle opiniones, se cariñosa, ponte bien celosa cuando salga con otras, pídele más plata de la que siempre te da, dile que te gustaría casarte con él, etc.".

HISTORIA DE UNA ESPOSA EJEMPLAR Por: Paulina ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora