Capitulo 12

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Llegó el día de irme a la Clínica, así que me levanté temprano, hice la maleta y nos fuimos en un taxi. Estaba muy nerviosa y como me prohibieron fumar durante 10 días, estaba al borde de un ataque de nervios. Ana se dio cuenta y para tranquilizarme me dijo que ella iba ser mi enfermera hasta que me recuperara, que ese mes trabajaría menos para estar pendiente de mí. Sus palabras me tranquilizaron. Cuando llegamos, entré a la habitación y la enfermera me mandó a desvestir para ponerme el camisón del hospital. Luego me llevaron al quirófano y me operaron busto y nariz por espacio de 4 horas. Después me llevaron a la habitación, con la nariz vendada y el busto sujetado con una venda que me daba la vuelta por la espalda. Al día siguiente me quitaron las muelas ante el asombro de las enfermeras, quienes murmuraban entre sí por el hecho de verme otra vez... Dos horas más tarde y con 36 puntos de sutura dentro de la boca, me bajaron a recuperación.

A los seis días ya me estaba enloqueciendo de sólo alimentarme con suero intravenoso, pues no podía ni mover la boca. Tuve la consulta con el cirujano y me quitaron el vendaje de las tetas; las tenía con mucho más volumen y más erguidas, me las dejaron bastante naturales al haber escogido la forma en gota de agua, quedando mucho más redonditas en la parte inferior que la superior. También me retiraron la férula de la nariz y pude darme cuenta de lo morada que estaba. El cirujano maxilofacial que me quitó los 36 puntos de la boca, que todavía estaba muy inflamada, y me dijo que durante otros 10 días tenía que comer puré. Después de 15 días de permanencia en el hospital por tanta complicación que tuve, me dieron el alta.

Como era una Clínica totalmente privada, y los médicos eran los más prestigiosos; donde iban todas las famosas, me tocó pagar cerca de 15 millones de pesos por las operaciones. Ana me recogió y al desvestirme en el apartamento, me dijo que estaba divina y eso que todavía faltaba que me bajara más la inflamación de la cara. Allí estuve diez días sin salir, recuperándome. Diez días después volví a la Clínica, me tomaron fotos de control y me dieron copias. Me dijeron que podía volver a hacer la vida normal, y que si llegaba a tener algún problema que llamara. Al ratico llamó Diego, mi ginecólogo, y le dijo a Ana que quería verme, que quería cerciorarse de cómo había quedado mi cuerpo. Entonces ella le dijo que esperara una semana, porque había estado un mes sin hacer ejercicio ni meterme a la cámara de bronceo y estaba poco tonificada y muy pálida; que en una semana estaría preparada. Eso me puso muy nerviosa, me tenía que poner a punto en una semana, porque si me rechazaba, todos los sacrificios que había hecho no servirían para nada. Esa semana, hice aeróbicos todos los días, tomé rayos UV para recuperar mi bronceado y me depilaron con láser todo el cuerpo; ya que en un mes me habían crecido unos pocos pelitos, sobretodo en la vagina. Ana me dijo que el objetivo de Diego era que yo fuera físicamente lo más parecida a Ana Sofía Henao, la Chica Cristal Oro; así que me dio las últimas fotos publicadas de ella para quedar peinada y maquillada igual que ella.

Por fin llegó el día, me citó en su Consultorio por la tarde; así que por la mañana estuve en la peluquería de Norberto, me teñí el pelo de rubio y me lo alisé como en las últimas fotos de la modelo. Posteriormente, un maquillador, me arregló igualita a ella. Con todo mi cuerpo ya recuperado de las operaciones, lo cierto es que estaba impresionante. Al llegar al apartamento, Ana me estaba esperando y me dijo era increíble cómo me parecía a la Henao. Entonces empecé a vestirme: me puse una tanga y brasier negros y encima un vestido verde esmeralda de lino muy fresco (Hacía que se me transparentara la ropa interior como le gustaba a Diego). También alisté mis maletas, pues lo más probable era que a partir de ese día me pasara a vivir a la casa de Diego. Antes de salir, me temblaban las piernas de los nervios, así que me soplé dos líneas de coca para tener más confianza en mi misma. Ana me dijo que me tranquilizara que estaba preciosa, pero yo le dije que qué iba a pasar si me rechazaba después de todo lo que había hecho por él en estos 10 meses... Había perdido a mi familia, incluyendo a mi hijo, y había tirado por la borda mi carrera profesional.

HISTORIA DE UNA ESPOSA EJEMPLAR Por: Paulina ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora