Llevo dos días viviendo como un autómata: caminando por los pasillos sin mirar siquiera a quien tengo delante, evitando a mis amigos, comiendo poco y durmiendo aún menos.
Me paso toda la mañana del domingo y del lunes pensando en lo mismo una y otra vez: ¿por qué? A estas alturas ni siquiera sé a qué pregunta se refiere ese "por qué", tanto que estoy confundido.
Quizás sea la lección de matemáticas la que me devuelve un poco de serenidad, paradójico diría yo, pero es así.
La profesora me devuelve los exámenes de la semana pasada y cuando llega mi turno me dice "Bien hecho señor Malik, no esperaba estas mejoras." No sé realmente si tomarlo como un cumplido o como una enorme crítica pero decido darle las gracias sin añadir otros pensamientos a mi ya demasiado ocupada mente.
La nota no se nos comunica porque no es una prueba de evaluación sino sólo para ver cómo va la clase.
En cuanto termina la clase, salgo corriendo con una velocidad que no me corresponde normalmente e intento llamar a Harry, pero después de unos cuantos timbres desconecta la llamada.
Voy a mi siguiente clase con una enorme sonrisa, en parte por el "cumplido" de la profesora y en parte porque ahora por fin tengo clase de literatura inglesa.
Para esta lección nos han asignado la lectura del libro más famoso del mayor exponente del decadentismo: quién sino Oscar Wilde con El retrato de Dorian Gray; es inútil ocultar que ya había leído este libro y mientras sigamos con este tipo de libros no puedo hacer otra cosa que alegrarme por ello.
Siempre me ha gustado la lectura y los grandes clásicos han sido casi la base de todo lo que intento escribir hoy. Esta pasión me la transmitió mi abuela: recuerdo todos los días de su vejez que pasaba en su casa mientras leía un libro en voz alta, haciéndome disfrutar a mí también del placer de tantas bellas palabras juntas que son música para los oídos de un niño pequeño y casi todavía analfabeto.
Como era de esperar, el día pasa rápidamente y, aunque he intentado seguir la pista de Harry, aún no ha aparecido.
Me dirijo a la cafetería con la certeza de que lo encontraré allí, pero cuando llego solo están Niall y Louis, y yo diría que por suerte también.
"¿Has visto a Harry?" Pregunto sentándome en mi asiento habitual y dejando mi bandeja sobre la mesa "Buenos días a ti también." dice Niall tratando de restarle importancia a la mirada demasiado nerviosa de Louis hacia mí "Lo siento Ni, no quería ser odioso, sólo que quería hablar con Harry." Louis se lleva su botellita de agua a la boca y una vez que toma el agua dice "¿Qué quieres con él?" Lo miro confundido sin entender su hostilidad "¿Hablar de matemáticas?" Digo planteando mi afirmación como una pregunta. Niall interviene llevándose un tenedor de pasta a la boca y con la boca llena dice "Déjalo en paz. Harry está hablando con el director." Asiento con la cabeza empezando a comer con ellos pero entonces Niall vuelve a interrumpir el silencio y dirigiéndose a Louis le dice "¿Por qué te pones así? ¿De casualidad estás celoso de Zayn y Harry? Déjame decirte que no tiene sentido. Zayn no es gay, es el único que está de mi lado.", bajo instintivamente la mirada al plato, sin poder aguantar más la del rubio. Me pregunto qué pensaría él si supiera siquiera la mitad de las cosas que pasaron entre Liam y yo. No creo que me mirara igual si supiera todos mis sueños nocturnos y todas las reacciones de mi cuerpo gracias a una sola mirada de su mejor amigo.
La llegada de Liam lo hace aún más incómodo. Lo veo entrar en la cafetería con su habitual sonrisa fanfarrona, unos jeans claros y una camiseta azul de media manga que apenas puede contener esos poderosos bíceps.
Tiene las manos en los bolsillos de los pantalones y, joder, sus manos.
Sus manos que hace sólo dos noches me hicieron disfrutar, consiguiendo sacudir todas mis inhibiciones y haciéndome sentir un deseo tan fuerte y ciego.
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Teach me how to love // Ziam
Любовные романыTraducción Esta historia no me pertenece, todos los créditos son para la autora original, RoLz__ en Wattpad. Yo solo traduzco. *** Zayn no es realmente lo que muestra ser. Detrás de la cara dura y de las respuestas picantes hay una persona frágil...