Capítulo 6

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Durante toda la jornada del sábado traté de deshacerme de las secuelas de la fiesta -o mejor dicho, de la resaca- sólo salí de la habitación a la hora de comer para tratar de aliviar mi dolor de cabeza, que sin embargo no hizo más que empeorar por culpa de todas esas voces que pueblan la cafetería y que no se alivian con la acción de comer, sino que las hace aumentar.

Para este fin de semana tenía pensado salir e ir a Londres pero debido al traumático despertar del sábado por la mañana decidí evitarlo.

El domingo por la mañana me desperté con un enorme agujero en el estómago que pronto asocié con la comida que me había saltado la noche anterior.

Llego a la cafetería y de camino a donde se llenan las bandejas saludo a la cocinera con una sonrisa a la que responde con un alegre "buenos días".

Me dirijo a mi mesa habitual y con una voracidad nunca vista en la madrugada, me como mi brioche con mermelada en un tiempo récord y me bebo el jugo de naranja que es ligeramente demasiado amargo para mi gusto.

Un ruido me hace levantar la vista y la silla que tengo delante se mueve. No oculto mi miedo inicial al pensar en Gigi y darme cuenta de que estoy condenado; ¿qué debo decirle? Parezco temeroso, pero entonces me doy cuenta de que el brazo es todo menos femenino y Liam se sienta frente a mí. Detrás de él viene un chico bajito de ojos azules, que recuerdo haber visto antes, y me mira detenidamente desde su 1,70 de altura hasta el suelo, teniendo en cuenta que estoy sentado, inspeccionándome cuidadosamente.

"¿Hola?" Pregunto en un tono casi irritado después de su saludo fallido. Veo una pequeña sonrisa en sus labios. Pero, ¿nuestras reuniones serán siempre así? ¿Que él no salude y yo le devuelva el saludo? Puedo ver que está pensando lo mismo que yo porque sus labios se abren en una sonrisa.

El amigo interviene en la conversación, o mejor dicho, en nuestras miradas y dice: "Hola niño. ¿Has visto a Niall?" Lo miro ligeramente sorprendido. Diablos, no he visto a Niall desde ayer después de la comida, y joder, ni siquiera me había dado cuenta "en realidad no" digo casi avergonzado de mi propio desinterés pero intentando no demostrárselo. Liam mira a su amigo y puedo percibir tensión y miedo en esa mirada porque dice "no se presentó a nuestra reunión esta mañana y normalmente es el más madrugador. No es propio de él", dice pensativo, más para sí mismo que para mí. Asiento con la cabeza relajándome, sólo se olvidó de una reunión, no es gran cosa "¿por qué no lo llamas?" Pregunto volviéndose hacia Liam pero su amigo me contesta "tengo que decir que eres todo un genio" Resopla quitándose el flequillo de los ojos "lo intentamos" dice en tono irritado a lo que Liam responde con una mirada de reproche.

Después de un rato se alejan pero no antes de que Liam me deje su número diciendo "si te lo encuentras avísanos" antes de alejarse y apenas sonreírme a pesar de la preocupación en sus ojos.

Espero a que salgan de la cafetería y decido volver a mi habitación, el hambre se me ha quitado casi por completo y, a pesar de saber que no le ha pasado nada a Niall, estoy ligeramente preocupada por el rubio.

Parece un tipo preciso y puntual, pero sobre todo muy cercano a sus amigos. Entonces, ¿por qué no avisarles de un compromiso inesperado?

A pesar de la preocupación, sé que no puedo hacer nada, si no les ha contestado, ¿por qué iba a hacerlo conmigo?

Una vez en mi habitación decido darme una buena ducha regeneradora para perder algo de tiempo, ya que los domingos no tengo clases, no tengo nada que hacer.

No tengo ganas de leer ni de dibujar.

No tengo amigos con los que pasar este día.

Así que al menos ocupo mi tiempo con otras cosas.

Teach me how to love // ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora