Capítulo 50

179 22 19
                                    

Agosto...

Han pasado cuatro meses, pero realmente han pasado volando.

Los meses de abril y mayo fueron un constante ir y venir para Liam entre la universidad, con el fin del curso escolar, y Londres. Por suerte, todos salimos con buenos resultados.

Junio y julio fueron mucho más caóticos. Liam y yo nos fuimos a vivir juntos a un apartamento estratégicamente situado entre el centro de la ciudad y la zona de entrenamiento.

La convivencia fue más difícil de lo que imaginaba y a los pocos días surgieron las primeras diferencias, nada irremediable, pero sí discusiones que siempre acababan con uno de los dos volviendo a la habitación y abrazando al otro para solucionarlo todo.

La mayoría de las peleas eran por el mantenimiento de la casa, y ahora entiendo cuando Louis se burlaba de Liam por ser "maniático".

La mayoría de las veces no duraban más de una hora y a medida que pasaban los días se iban apagando más y más.

Desde mi punto de vista, he aprendido cosas de Liam que nunca habría imaginado, como que todas las mañanas desayuna con su taza habitual, con sus 4 galletas de siempre y siempre a la misma hora. Nunca hubiera imaginado su precisión, que cada noche lo obliga a ordenar todo lo que está fuera de lugar porque si no, no puede dormir, o que su armario está ordenado casi por colores y siempre en perfecto orden.

En esta convivencia he aprendido cosas de mi novio que nunca hubiera pensado y si por un lado él ha tenido que dejar algunos de sus hábitos opresivos, yo he hecho lo posible por ser más ordenado y menos distraído.

Qué puedo decir, una vez más Liam y yo nos hemos encontrado afines pero complementarios a pesar de todo.

En estos dos meses ambos pasamos muy poco tiempo en casa, pero al menos un par de veces a la semana nos las arreglamos para sacar algo de tiempo juntos, aunque sea para cocinar o ver una película.

No hace falta decir que los entrenamientos de Liam resultaron ser desafiantes y agotadores, pero una vez que superó los primeros días, en los que llegaba a casa y a la hora de ducharse se derrumbaba, se acostumbró al apretado y exigente ritmo.

Por mi parte, tampoco he estado mucho en casa, demasiado ocupado con las prácticas. Durante estos dos meses sentí por primera vez que realmente pertenecía al trabajo y decidí que esto es lo que haré en mi futuro.

No sé si es el aire de esa oficina o simplemente la gente, pero en estos meses he escrito mucho, me he inspirado mucho.

El primero en leer todos los escritos es siempre Liam, ya es casi una rutina, pero esta vez también tienen una segunda lectura por Steve.

Lo más impactante que ha ocurrido recientemente fue la llamada telefónica de mi padre a principios del mes pasado.

Desde ese día me ha llamado casi todos los días para hacer un seguimiento, al principio las llamadas eran muy incómodas y frías pero luego cuando preguntó "Liam ¿cómo está?" Me sobrepuse al susto inicial y tratando de ocultar mi sonrisa respondí.

Me hizo esa pregunta todos los días durante las siguientes semanas hasta que el último fin de semana de julio nos pidió a Liam y a mi que nos reuniéramos con él.

Al día siguiente estaba en nuestro apartamento temporal, lo primero que hizo fue abrazarme y a partir de ahí sinceramente recuerdo una serie de cosas sin poder articularlas.

Liam salió de la habitación con la excusa de cocinar para dejarnos solos, mi padre me abrazó y me dijo "Por favor, perdóname. Ahora entiendo lo que significa realmente perder a alguien y no puedo permitir que ocurra con mi hijo." El mes anterior tuvo lugar un duelo importante en la vida de mi padre: había perdido a su mejor amigo de un ataque al corazón y decidió no perder también a su hijo.

Teach me how to love // ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora