Capitulo 8 Otabek

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Yakov fluyó a través del bosque... un rastro de vapor blanco camuflado por la nieve... que permanecía alto entre los árboles mientras rastreaba al lobo que saltaba en el suelo bajo él. Yakov sabia que, a pesar de tomar la forma de lobo, Otabek tenía problemas.El dolor se sentía a su alrededor, abrazado a su ser.

El lobo se detenía de vez en cuando, tambaleándose de dolor, el espeso pelaje, normalmente brillante y espeso, estaba apagado y húmedo por el sudor.
A pesar de la forma animal, oleadas de pena emanaban del hombre, y para horror de Yakov, pequeñas gotas de sangre quedaban atrás en las huellas de patas sobre la nieve blanca y pura.

Yakov descendió a través de la canopia para caer más gentilmente con el sentido de los copos de nieve mientras se aproximaba al hombre de los cárpatos cautelosamente. Otabek había soportado un infierno en los bosques de Rusia con sus amados lobos. Abandonado por los que eran sus maestros. Perseguido por vampiros y mortales por igual, asediado por bandidos y gente supersticiosa, había enfrentado siglos interminables de proteger a humanos y lobos solo, sin el consuelo de su pais natal... la tierra... o su gente. Ver como alguno de sus hermanos lobos perdían la vida en sus brazos. La rabia. El dolor. Traición. Eran tantos sentimientos que sentía ahora que por fin había encontrado a su pareja.

El lobo dejó de correr y se detuvo con los costados befando, la cabeza colgando y lágrimas rojo sangre goteando sobre la nieve. De repente echó la cabeza hacia atrás y aulló su interminable pena a los cielos y a cualquier deidad que pudiera oírle.
Cuando las notas tristes se desvanecieron en la noche, reasumió su propia forma, el lobo desapareció para revelar al hombre.
Otabek se cubrió la cara mientras se sentaba sobre una roca.

Yakov-Estás sintiendo su dolor -dijo suavemente-. Es a la vez un milagro y una maldición para ti. Pero debes resistir y no perder tu cordura muchacho. No te dejes vencer.

Otabek se levantó de un salto, girándose para enfrentar al príncipe, con los colmillos expuestos en un gruñido y los ojos brillando con el resplandor rojo de una llama. Se quedó de pie en la postura de un guerrero, con las manos alzadas, el aire que los rodeaba se cargó de electricidad... de peligro.

Otabek-No tenía ni idea de que no estaba solo -dijo -. No habría mostrado tanta emoción. Perdona.

Yakov-No te disculpes, es natural tu reacción. Permíteme convocar a Chris -ofreció -. Podría ayudar a aliviar este sufrimiento. Permite que el sueño reparador te alivie.

Otabek-Nadie lo alivió a el -gruñó, sentia las lagrimas de sangre recorrer su rostro-. Yo sabía cuando posaban sus asquerosas manos sobre el y sabía cuando le hacían daño, y lo golpeaban y lo cortaban. Incluso sabía cuando lo quemaban, pero nunca lo sentí real. Ni el dolor, ni la rabia, ni su desesperación. Cuando lo toqué, cuando lo arrastré a mis brazos y fundí mi espíritu con el de el, allí estaba, tras las paredes que Yuuri y Victor construyeron para distanciarlo de ello, pero allí estaba y esta vez... que Dios me ayude, Yakov... esta vez lo sentí todo. Cada agonía, cada humillación, cada depravación. La rabia y la culpa y lo oí suplicar... rogar... que alguien lo salvara.¿Y dónde estaba yo? - golpeó el suelo como fuerza, rompiendo la misma tierra.

Yakov-Estabas cumpliendo con tu deber, Otabek, como todos nosotros.
Yuri es fuerte y se hace más fuerte cada día. No voy a fingir entender por qué algunos hombres abusan brutalmente de mujeres y niños, nunca comprenderé semejante bajeza, pero sé que es común en los humanos. Ahora está a salvo, y feliz. Yuuri y Victor se ocupan de su educación, y finalmente le introducirán completamente en nuestro mundo.

Otabek se pasó la mano por la cara. -Cuando lo vi, parecía un ángel, Yakov. Es hermoso, pude ver el universo en ese par de ojos que posee, su alma tan llena de luz. Nunca supe qué querían decir cuando oía la descripción sobre encontrar a tu otra mitad, pero había pureza allí y bondad. Le necesito. La oscuridad se cierra sobre mí y dudo de mi capacidad para hacer lo más honorable. Temo dañarlo, el no se merece más dolor.

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