Historias Oscuras

Capitulo 9 Georgi y Mila

Georgi Popovich miraba encolerizado a su compañera mientras ella muy certeramente tiraba varias bolas de nieve, acribillándole la cara y el pecho.

Georgi-Mila, te estoy dando una órden directa. ¡Vuelve aquí ahora mismo!

Mila amasó la siguiente bola apretada y se la lanzó a la cara. -Tú y tus estúpidas órdenes directas -Se echó atrás el pelo rojo cubierto de copos de nieve y soltó un resoplido de desdén-.Honestamente, Georgi, no soy uno de tus alumnos que hacen todo lo que les dices. Te burlaste de mí, serpiente. Solo porque hiciera explotar el horno eso no significa que no pueda cocinar -Tiró otro misil bien amasado, huyendo mientras lo hacía-. Retíra lo dicho serpiente embustera.

Georgi-No puedes cocinar, ¿y a quién le importa? Seguro que a mí no. El horno, sin embargo, abrió un agujero bastante grande en la casa y tengo que repararlo, así que vuelve aquí donde pueda vigilarte.

Mila-Retíralo.

Georgi-Por amor de Dios, cielo, incendiaste la casa. La cocina entera está negra. ¿Qué creías que estabas haciendo?

Mil-El horno no estaba funcionando bien así que lo arreglé.

Georgi esquivó otra bola de nieve. -Mila, no está arreglado. Hay un agujero del tamaño de nuestro autobús en la pared y la cocina está negra de hollín. Fuera lo que fuese ese pegajoso brebaje púrpura que estabas haciendo, ahora está sobre el techo y las paredes. Es la casa del príncipe, dime como le explicó ese agujero.

Mila-De acuerdo. -Ella levantó las manos, con indignación en la cara-.Eso no fue del todo culpa mía. El horno hizo cortocircuitó y abrió un agujero en la cazuela y envió bayas por todo el techo y las paredes. No tuve nada que ver con eso. Y si me lo preguntas a mí, probablemente tuvo algo que ver con el calentador del horno que se fundió también. Así que retíralo, además el príncipe dudo que lo note -Recogió nieve a la carrera y la amasó en armas.

Georgi-Incluso si el horno hizo cortocircuitó, eso no quita el hecho de que no puedes cocinar. Nunca has sido capaz de cocinar.Y si sigues adelante y te pierdo de vista, te perderás instantáneamente. Sé que no tienes absolutamente ningún sentido de la dirección.

Las cejas rojo de ella se unieron en un furioso ceño. -Primero me acusas de volar la casa e incendiar la cocina. Después me dices que no puedo cocinar, ¡y ahora dices que no tengo ningún sentido de la orientación!. Tengo un sentido de la orientación perfectamente afinado.

Georgi levantó la mirada al cielo para ver si un relámpago estaba a punto de golpear a su compañera. Cuando ninguno se aproximó, soltó el aliento y cambió de tema, temiendo que si continuaban y ella decía más embustes como ese último, tendrían relámpagos para toda una vida.

Georgi-¿Para qué era la salsa púrpura que está sobre las paredes? -señaló una masa púrpura que caía de lo que quedó del techo al suelo.

Mila-Pastel de bayas. Hice como diez de ellos y han volado. -Le miró suspicazmente-. ¿No has estado trasteando con el horno ni le has dicho a nadie que lo hiciera, verdad?

Georgi-No me he acercado a esa cocina. Fue una idea ridícula. Te dije que si querías hacer esas estúpidas cosas, miraría la receta y cocinaria para ti. Fui humano y puedo cocinar.

Mila-La idea era cocinar, listo, ya sabes, como un humano.

Georgi-Fue una idea estúpida, Mila -dijo él con persistente paciencia-. Ahora ven aquí en este mismo momento. -Estaba empezando a sentirse un poco desesperado. Su compañera parecía la única capaz de hacerle sentir así. Había veces, como ahora, en que enfrentaría a un vampiro en vez de a Mila. Estaba entre lágrimas y risas y eso nunca era buena cosa.