ੈ✗↪Capítulo 10

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自由➤ El tiempo a llegado! ‹ ⋆

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自由El tiempo a llegado! ‹ ⋆

Recorría cada parte de su cuerpo con la mirada atraves del espejo, veía todas las marcas que se encontraban plasmadas en sus estremidades como un tatuaje, el color pálido de su piel las hacia resaltar.
Sería difícil tapar eso cuando debes ir a una gala con un vestido elegante.
Se dio vuelta observando aquel vestido plateado brilloso, no era muy provocativo tal y como ella lo quería.

Agarró su ropa interior y se fue vistiendo delicadamente. La prenda formal no le quedaba tan mal, al contrario se le veía hermoso y más con el vientre grande que tenía.
Se maquillo de una forma natural sin antes tapar todas las marcas que llevaba en su rostro y cuerpo, al verse otra ves en el espejo pudo notar como sería su cuerpo si no estuviera golpeada.

— Sería hermosa..

Una pequeña sonrisa se hizo notar en los labios de la femenina mientras acariciaba su rostro, pero esa sonrisa se desvanecido al ver aquel hombre que la atormentaba apoyado en el marco de la puerta.
Se acercó a ella agarrandola del mentón.

— Te ves hermosa.

— Gracias. — soltó seca pero con tristeza.

El la tomo del brazo guiandola a la planta baja de la mansión donde se encontraba su hija tomada de la mano por Sanzu, también se encontraban los demás miembros de Bonten.
Al ver a su jefe se inclinaron en señal de respeto, Selina no entendía porque hacían eso así que ella imitó la acción, eso hizo reír a su padre.

Se subieron al auto alejándose de la mansión rumbo a su destino. Era una cena de su trabajo, habían contratos que debían firmar esa noche.
En ese auto subió la pequeña familia más Sanzu obligatoriamente porque la niña no quería despegarse de el.

El viaje solo duró unos segundos, pero tardaron más por el horribles tráfico. Al llegar y adentrarse al club, la simple presencia de Mikey hizo que todos en el lugar se tenzasen.

— Selina irá con una niñera a la sala infantil, tu te quedas conmigo. — susurro en el oído de la femenina quien asintió.

Vió como su hija se retiraba del lugar junto al pelirosa quien la acompañaría hasta esa habitación. Alaska fue junto a mikey a una de las mesas lujosas de esa fiesta.
Nos sentamos en la mesa de medio dónde se encontraba un grupo de personas vestidas formalmente, hicieron reverencia ante la presencia de Mikey.

En toda la cena hablaron de trabajo y de los nuevos contratos que debían firmar para el bien de Bonten.
Alaska solo se mantuvo en silencio, nisiquiera había tocado su comida hasta que Mikey le dió una patada no muy fuerte en su pierna, nadie se había dado cuenta de eso.
Alaska entendió el repentino acto y agarró el tenedor envolviendolo en el fideo.

Las horas pasaban y todo se volvía aburrido para la femenina, sentía que se ahogaba.

— Disculpen, debo hacer cosas de damas. — se levantó de su asciento haciendo reverencia.

La pelinegra se retiró del gran salón dirigiendose al baño a paso apresurado. Al llegar abrió la puerta acercandose al espejo, abrió el grifo y mojando sus manos las paso por su frente y mejillas. El estar con muchas personas de golpe le hizo mal.

Estaba en su momento de soledad cuando fue interrumpida, la puerta del baño se abrió dejando ver a una joven mujer de cabellera castaña. Muy atractiva para la vista de cualquier hombre, ella solo miro Alaska y se acercó al lavabo de alado.

— Hermosa noche ¿No?. — ella intentaba sacar conversación con la pelinegra.

— Si, realmente lo es. — aunque sonó fría mostró una pequeña sonrisa a la muchacha.

— ¿De cuantos meses estás?.

— De 5. — la castaña hizo una señal para poder acariciar el vientre de Alaska lo cual ella acepto sin duda.

Al posar su mano, sus caricias eran suaves que provocaban que el bebé dentro se moviese. Alaska sentía cosquillas con cada caricia, nunca pensó que su bebé reaccionaria así con alguien desconocido.

— Perdón por mi atrevimiento pero, ¿Eres la esposa de Mikey?.

La pelinegra no sabía que decir o hacer, simplemente asintió con la cabeza.

— El... ¿Es es bueno contigo?.

— ¿A-aque viene eso?...¿Quien eres?. — sus nervios comenzaron apoderarse de su cuerpo.

Eso alerto la muchacha a su lado.

— Porfavor tranquila, los nervios harán mal al bebé. — ella trataba de calmar a la femenina. — Mi nombre es Melina Evans, soy parte del cuerpo policial.

— ¿P-policial?.

— Por favor Alaska, respóndeme ¿El te hace daño?.

Sus ojos se fueron aguando, no sabía que responder las palabras se trababan en su boca.

— Entre mujeres nos ayudamos, Alaska. — eso hizo que la pobre mujer rompa en llanto y se lance a sus brazos con desesperación.

— Por favor, ayúdame. — su respiración era agitada. — P-por favor no quiero estar ahí, ayúdame.

— Yo te ayudaré Tranquila. — agarró en sus brazos a la desconsolada madre quien no paraba de llorar.

Esa mujer era una señal del destino, una señal divina para apiadarse de esa pobre alma en desgracia.
Era un ángel.

— Escucha te pasaré mi contacto para poder comunicarnos, tu solo infórmame y trata de pasar desapercibida.

Alaska asintió con su cabeza mientras sus lágrimas eran limpiadas delicadamente por Melina. Sintió como si una luz de esperanza iluminará su rostro.
La pelinegra salió del baño como si nada, su nueva amiga la había ayudando a pasar desapercibida ante la multitud y ante su pareja.
Se sentó en en la mesa y Mikey la agarro por la cintura atrayendola hacia él, eso la incómodo.

— ¿Porque tardaste tanto?

— Estaba haciendo mis necesidades.

— Oh, bien.

Al parecer el no noto nada raro en su comportamiento. Y si así era, era perfecto para ella.
Alaska tuvo una oportunidad que fue aprovechada, el sueño de sentir la libertad no era tan lejos despues de todo. Su cuerpo se sentía liviano y una hermosa sensación recorría cada parte de su ser.

— La libertad, la puedo sentir. — se repitió en su cabeza.

Una pequeña sonrisa se formó en su rostro mientras agachaba la cabeza, nadie la había notado a excepción de los hermanos haitani, ellos estaban atentos a cada movimiento que ella hacía. Permanecieron serios hasta que una pequeña sonrisa se marcace en sus rostros.

¿Es raro que de la nada aparezca esa mujer?, ¿Quien la envío?.

El tren de la media noche está pasando en el pequeño campo, súbete rápido y aprovecha la oportunidad.
En el próximo capítulo: "El pájaro caído anhela que llegue el viento".

 En el próximo capítulo: "El pájaro caído anhela que llegue el viento"

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          ❝𝐏𝐄𝐑𝐉𝐔𝐈𝐂𝐈𝐎ᬊ (Primera Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora