Hɪs Rᴏʏᴀʟ Hɪɢʜɴᴇss || [ChanSoo]

Uno🔐

Año 1976

—¡El emperador ha muerto!

Eso fue lo que KyungSoo escuchó decir a su padre en cuanto llegó. El pequeño de seis años no entendía por qué era tan importante esa noticia.

—¿Sabes lo que significa SooYoung?

—¿Que tendremos a una emperatriz después de más de mil años?

—Sí, pero es más que eso. Imagina si seguimos fieles a la Familia Imperial Park, ellos gobernarán, con la muerte del emperador y la ascensión al trono de la ahora emperatriz Young-mi, no solo fue el fin de un período monárquico, sino que es el fin de la Dinastía Lee, Su Majestad Imperial es la última de su casa y ha tomado para sí misma y para sus hijos el apellido del príncipe Sung-Jin, la nueva Casa Imperial estará en la mira de toda la aristocracia, los nobles buscarán la manera de que sus hijos contemporáneos a los príncipes, logren emparentar con ellos, solo imagina si tuviésemos la fortuna de asegurar el futuro de los nuestros arreglando el matrimonio de alguno de ellos con uno de los hijos de la emperatriz.

La condesa quedó perpleja al escuchar tal sugerencia.

—Por ejemplo, nuestro JongDae, podría desposar a la princesa Yoo-ra y aspirar a ser nombrado Duque, y alguno de nuestros dos donceles mayores, podría enamorar al príncipe heredero y convertirse en su consorte ¿Te imaginas la influencia y poder que llegaría a la Casa Do? Seríamos intocables entre nuestro círculo, alguno de nuestros hijos podría convertirse en el consorte del futuro rey.

SooYoung vio a JungSoo y negó con la cabeza, su marido tenía que estar bromeando.

—No sabía que eras tan ambicioso para apuntar tan alto,  ser parte de la Familia Real no es tarea fácil, todos nosotros estaríamos en el ojo del huracán y seríamos sometidos al escrutinio público, y otra cosa, no te has puesto a pensar que tal vez nuestros hijos no deseen lo mismo ¿Serías capaz de obligarlos a llevar un compromiso en contra de sus deseos solo para apaciguar tus deseos de poder?

—Nunca le haría eso a nuestros retoños, pero seamos sinceros, a cualquiera de le atraería la idea de convertirse en príncipe o duque de un país poderoso e influyente como el nuestro, no por nada los hemos criado como tales.

—No te voy a negar que es tentador, pero no creo que tengamos alguna posibilidad, MinSeok y JunMyeon son mayores que el príncipe Chanyeol, JongDae es menor que la princesa Yoo-ra, y luego tenemos a KyungSoo que es un bebé y no entra en discusión. Si planeas que se frecuenten, no hay manera que se lleguen a cruzar en la vida o rutina del otro porque están en etapas diferentes de sus jóvenes vidas, si acaso cuando sean adultos, para entonces el Park más joven iniciará con sus servicio activo a la corona y no tendrá tiempo para frivolidades. Los que sí podrían compartir gustos e intereses desde una edad temprana por ser contemporáneos son JongDae y el príncipe Chanyeol, nos beneficiaría más una amistad con el futuro rey que un matrimonio por conveniencia. 

—Pero nada nos garantiza que nuestro hijo y el príncipe se lleven bien, ya ves que JongDae es...

—¡Especial! —Dijeron los Do al unísono en medio de una risa.

—¿Crees que al príncipe le caiga bien una molestia andante como nuestro Dae? —Preguntó el Conde abrazando desde atrás a su bella esposa. 

La señora Do le dio un golpecito en el brazo por hablar así de su endemoniado retoño. JongDae era gritón, fastidioso, peleonero y todos los adjetivos nada protocolarios que le pudieran dar, pero cuando llegaban a conocerlo era fácil descubrir cuán bueno, carismático, trabajador podía llegar a ser, solo que le gustaba hacerlo a su manera, fuera de los estándares de lo que ellos como nobleza consideraban correcto correcto.

Los Condes permanecieron silenciosos un largo rato, sumidos en ese ambiente de conforto y quietud en los brazos del otro.

—¿Piensas que el nuevo cambio de gobierno sea favorable para el país? —Cuestionó ahora sí preocupada por lo que les deparaba el futuro.

—No lo sé, el tiempo lo dirá. 

—Sabes, tengo miedo ¿Y si este no es el cambio que precisamos? He leído los diarios últimamente y los ciudadanos no ven viable nuestro sistema de gobierno, dicen que una monarquía absoluta es obsoleta y piensan que la solución a los problemas de la clase trabajadora es que se instaure la República de Corea. Son los pensamientos a Vox Populi de muchos coreanos, si eso sucede estaríamos en peligro, los nobles seríamos el siguiente blanco, justo después de la Familia Imperial.

—No pienses en esas cosas, la nueva emperatriz es joven, ha vivido en el extranjero y tiene la mente abierta, estoy seguro que nos auguran nuevos cambios que serán para bien, no solo para nosotros, sino también para los fieles súbditos que desde que se abolió la Ley Sálica, han esperado pacientes por su Entronización.

—Ojalá tengas razón, es que de solo recordar lo que sucedió con la Familia Real Rusa, vivo con miedo que pasemos por lo mismo.

—No sucederá, Young-mi, quiero decir, Su Majestad Imperial sabrá cómo calmar los ánimos de su gente, ella no es su padre, ni ninguno de sus antecesores.

KyungSoo se apartó y regresó de nueva cuenta a su habitación, esa conversación de sus padres lo dejó pensativo

¿Qué era una República? ¿En su mundo existían los reyes y príncipes como en las historias que le contaba su nana?

¿Por qué su mamá no lo consideraban para convertirse en príncipe o en un puque¹ como a sus hermanos? ¿No era lo suficientemente lindo? Sus hermanos siempre decían que era muy bonito,

A él le gustaría ser un príncipe igual que en los cuentos de hadas. Tal vez y sí tenía ese encanto que le faltaba a su Minnie y a Myeonnie para llegar a gustarle a ese príncipe del que hablaban sus padres. Se miró en el espejo con ojos soñadores solo de imaginarse en un gran castillo, sí, él podía ser un príncipe encantador, JunMyeon siempre decía que parecía uno, cuando fuera grande lo haría realidad.

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Puque ¹: Manera de KyungSoo de seis años de decir Duque.