Hɪs Rᴏʏᴀʟ Hɪɢʜɴᴇss || [ChanSoo]

Veinticuatro 🔒

Después de dejar al príncipe y su invitado, Sehun caminó de vuelta al Palacio principal, a veces pensaba que este trabajo era demasiado para él, pero aún así trataba de dar lo mejor de sí para cumplir la promesa que le hizo a su amante. Respiró hondo antes de tocar la puerta de la oficina de Su Majestad.

-Adelante. -Se escuchó la voz femenina desde el interior.

Obedeció y caminó hasta el lugar donde estaba su señora, la saludó con una reverencia antes de que la mujer le permitiera tomar asiento frente a ella.

-Bien, ¿Para qué lo necesitaba mi hijo con tanta urgencia?

Sehun tragó el nudo que se le hacía en la garganta cada vez que tenía que violar la intimidad del príncipe.

-Fuimos a recoger a Sir Do KyungSoo a una plaza cercana, parece ser que el chico huyó de casa luego de los acontecimientos recientes.

-¡Maravilloso! -Exclamó eufórica al parecer su plan iba fluyendo a su conveniencia-. Él no dudó ni un segundo y enseguida vino corriendo hacia el príncipe, ese es el tipo de lealtad que necesito del futuro compañero de mi hijo, -Young-mi sonrió complacida-, Secretario Oh, ¿No le parece que esto es un motivo de celebración? Hoy por fin mi arduo trabajo está rindiendo frutos y usted es el único con el que podría compartir esta felicidad, por lo menos hasta que se oficialice la relación.

- Por supuesto Majestad, Sería un honor celebrar este acontecimiento en su compañía, mi señora.

-Sé perfectamente que mis acciones le parecen cuestionables y por demás reprobables, usted siempre dice lo que sabe que me gustaría escuchar, pero la ironía camuflada en sus palabras no hará que desistan mis deseos de celebrar, así que le guste o no, esta noche brindará conmigo por este hecho importante en mi rol como celestina.

-Y a mí me alegra que esté al tanto de mi postura, aunque al final termine haciendo a regañadientes lo que usted desea, Majestad.

La mujer sonrió con malicia, le gustaba la gente directa y sin medias tintas que no tenía miedo de decir abiertamente lo que pensaba de ella, a pesar de su posición, presionó un botón con el que enseguida tuvo a una doncella esperando instrucciones de ella, Young-mi pidió una botella del mejor champán en su bodega y un par de copas, la mucama asintió, pero no pasó desapercibida la mirada curiosa que dio hacia el joven secretario, este solo esperaba que no estuviera malinterpretando las cosas, él solo era un sirviente leal a su emperatriz y no podía desairar una invitación como esta. Luego de que la chica se fuera, Young-mi continuó:

-Tiene que contarme todo, Secretario Oh...

-Lo único que puedo decir es que, creo que fue un error exponer tanto al pobre chico, se lo veía miserable al momento de subir al auto.

-¡Tonterías! Mi hijo se hará responsable de la situación, sino no hubiera salido a buscarlo. -Afirmó confiada.

-Sigo pensando que no fue correcta la forma en que se dio a conocer todo.

-En eso tienes razón, fueron demasiado duros con el muchacho, mira que insinuar un complot contra el hermano. -Young-mi negó con la cabeza y sonrió incrédula por las historias que se inventaba la prensa rosa para vender revistas-, pero esto fue por culpa de mi descuido... no debí dejar esa información a la vista. -Dijo dando el último sorbo a su taza de té.

Sehun negó al verla, pues el secretario sabía que estaba mintiendo descaradamente.

-Pero la dejó con toda la intención mi señora, así que ambos tenemos parte de culpa, yo por suministrarle datos de la vida privada del príncipe y usted por dejarla a la vista de... cualquiera