Veintidós 🔓

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Piénselo bien Lord JungSoo, si hoy lo advierto sobre este asunto es por el bienestar de su familia, medite bien lo que hablamos y por favor que su esposa no se entere de nada de esto hasta que lo considere prudente, a veces el amor de madre nos hace pecar de imprudentes. El futuro de nuestro país está en juego.

Young-mi sonrió complacida al ver el orgullo del distinguido caballero disiparse luego de aquella confrontación. Desde hace mucho tiempo tuvo que tomar cartas en el asunto con respecto a los Do, estaba rodeada de cortesanos incompetentes y ella no se quedaría de brazos cruzados viendo cómo hasta su propia legitimidad se ponía en duda luego de la enemistad entre ambas familias.

Los Do han sido súbditos leales a la corona desde la caída de Goryeo, una de las fortalezas de su casa siempre ha sido el honor, desde los inicios de la Dinastía Joseon contar con el apoyo de los señores de Andong aseguraba la estabilidad del monarca en turno, si este no se desempeñaba como se esperaba y el Conde de Uiseong se oponía a las políticas del rey-emperador, este último se sometería a un escrutinio minucioso por parte del Consejo de Estado y, dependiendo de los resultados, el rey-emperador de Joseon sufría la posibilidad de ser depuesto de sus funciones como Jefe de Estado.

Ella no permitiría que su reinado se viera envuelto en una polémica crisis constitucional cuyos orígenes fueran problemas de alcoba, sobre su cadáver perdería la posición que con tantas reformas pudo conseguir, ella tenía una misión que cumplir con su pueblo y pasaría por encima de quien tuviera que hacerlo para preservarlo. Seguramente si fuera un varón, las dudas de los cortesanos sobre sus habilidades para manejar el país se hubieran disipado hace muchísimos años, por eso defendería con garras y dientes su dinastía aún si con esto se tenía que convertir en la villana para conseguirlo.

***


Varios días después

Los últimos días KyungSoo notó extraño a su padre, desde su regreso de Seúl se mantuvo encerrado casi todo el día en su despacho, a duras penas compartió una que otra comida con ellos, y aunque ella no lo mencionara, sabía cuánto le afectaba toda esta situación a Sooyoung.

Fueron dos días antes de regresar a la capital cuando su padre lo invitó a montar a caballo por los campos de arroz, durante casi medio día recorrieron cada legua de tierra inspeccionando cuidadosamente el proceso de recolección que año tras año los jornaleros provenientes de distintas partes del condado hacían dentro de la finca familiar, gran parte de ese arroz se vendía a los grandes conglomerados de manera equitativa para su empaquetado, procesado y distribución a las masas, ya fuera como simplemente arroz o como algún otro producto derivado del mismo.

Al terminar continuaron cabalgando hasta el río para que sus caballos sedientos tomasen agua y ellos se refrescaran un poco antes de regresar a casa para el almuerzo.

Todo esto algún día les pertenecerá a mis cuatro hijos, con tu hermano JongDae a la cabeza quiero que sepas que, pase lo que pase siempre estarás protegido aún después de casarte.

―Lo sé, tengo una buena dote reservada para cuando llegue ese momento.

No, no me refiero a tu dote, es solo si surge algún problema y tú no puedes manejarlo, aquí siempre estará tu lugar, tu gente; a veces el matrimonio es como un viaje al extranjero, una nueva familia, habrá personas a las que no le agradarás del todo, cada Casa tiene su propia manera de hacer las cosas y es por eso que uno se siente como un forastero en otro país, sino mira a tu hermano, por sus malas y apresuradas decisiones terminó entrando a una familia nada agradable para él. No quiero que pases por lo mismo.

Hɪs Rᴏʏᴀʟ Hɪɢʜɴᴇss || [ChanSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora