Dedicatoria

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A todas mis «personas puente», por sostenerse y por sostenerme. 

A mamá, por ayudarme a nacer cada vez que me muero.

A Pally, por arriesgarse por nosotros.

A mi hermano, por custodiarme en el mundo de las letras y por creer en mí.

A Lulú, por su compañía desde cielo y tierra, por haber sido la primera oyente de todas estas ideas y por ayudarme a dormir en las noches extensas.

A Lulito, por hacerme verdaderamente feliz y por sacarme tantas risas juntas.

Al amor, porque lo tengo a él y él me tiene a mí.

Al sublime Benito, porque demostró mi teoría de que sí hay ángeles transitando este mundo, por enseñarme tanto sin saber que me enseñaba y por haber sido un estupendo abuelo paterno.

A mi familia, a la consanguínea y a la del corazón.

A mis amigos, a los de verdad, a los de todos los días y todos los tiempos.

A Dios, porque aunque a veces sienta que no me escucha, sé que siempre estará ahí.

Y principalmente a ti, que te detienes a leer este puñado de historias.

[Antología de Vidas] Volumen I: Cosas del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora