Capítulo 7

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Narra Samuel:

Los días transcurrieron con normalidad, Guillermo y yo nos unimos más como compañeros y además consiguió nuevos amigos; eso es bueno, pues ya no va a estar tanto tiempo solo el chaval, ahora se la puede pasar con su grupito de Nerds jugando con dados de veinte caras. Guille y yo nos la hemos pasado estudiando, jugando y hablando sobre nuestra vida y problemas; como compañeros normales, No echándonos anestésicos, o haciendo bromas sarcásticas a cada rato.

Guillermo me a caído muy bien, es una persona muy cerrada cuando habla sobre él, pero los grandes trucos míos han estado abriendo esa cerradura>:D vamos de poco a poco. Yo suelo ser una persona egocéntrica pero Guillermo se ah estado robando toda mi atención, me imagino que eso pasa cuando convives mucho con una persona.

Después de que termino de cocinar lo llamo para avisarle, es viernes en la noche y los fines de semana quedan libres. Él baja con una sonrisa y mira un poco raro mi ensalada con carnes.

-¿Qué pasa?-le pregunto mientras que le mantiene un mirada al plato tratando que éste se evapore y convierta en una hamburguesa.

-No me gustan mucho las verduras._.-Dice

-¿Si? Pues hoy toca verduras, entonces come chaval.-Hace un bufido con una cara de niñito enojado-una cara que está haciendo a posta, y en verdad se ve muy tierno- negándose a comer, aunque ya haya empezado a masticar.

-Esto no está tan mal.-Dice mirando al techo, para no ver mi mirada de super Cheff orgulloso.

-Te lo dije chaval.

Terminamos de comer y nos acostamos en los sofás,donde empezamos a mirarnos el uno al otro sin decir palabra, hasta...

-Samuel ¿Cómo te has sentido con la Universidad?-pregunta rompiendo el silencio.

-Bien, comprendo todo y dedico unas horas en las noches para repasar algunos temas más avanzados- Digo, mientras centra su vista en mi- ¿Y usted?

-Yo bien, si. Y ¿Cómo te has sentido conmigo acá? Compartiendo un departamento.

-Pues ¿Qué te digo? Feliz por que mi compañero no es un psicópata, o por lo menos hasta ahora. Pero molesto por que no me deja tener mi libertad de andar en bola obligándome a usar boxers.-Le digo con una sonrisa pícara mientras observo su reacción.

-¿Y por qué no lo haces?- Lo dice en un tono pícaro también, pero su cara empieza a ser un tomate. ¿Me está retando? Lo haría por lo egocéntrico que soy y reconocería la perfección de mi cuerpo, pero él me ha hecho sentir vergüenza que ni sé cómo responderle. Hasta que me paro para seguirle le juego.

-Está bien.-y al decir esto levanta una ceja tan alta que parece que se le unió a la cabellera.

Me paro de espaldas al sofá donde estaba, dejando a Guillermo atrás. Tiro del cordón de la pantaloneta y me la quito con los boxers, después voy hasta mi cuarto dándole la espalda, sólo dejando ver lo de atrás, claro. Cuando empiezo a caminar veo por el cristal de las ventanas la cara de Guille como una bola roja con los ojos tan abiertos como si se le fueran a salir. Después que entro a mi cuarto me vuelvo a colocar la pantaloneta y me empiezo a reír de lo que hice y de la cara que tenía; también de la vergüenza que empecé a sentir, y de los nervios, pues no sé por qué mi corazón se escuchaba por todos lados.

Narra Willy:

¿Qué está haciendo el chaval? ¿Enserio va a...?-bajan sus boxers y todo su cuerpo está al aire libre- Empiezo a sentir que la cara me está hirviendo mientras veo el movimiento de sus caderas y posaderas. Él de lo más feliz y normal al hacer esto pues ¿cómo no se iba a sentir a gusto de hacer cualquier cosa con semejante cuerpo? Cuando entra a la habitación escucho una risa nerviosa. Trago saliva y noto que tenía los oídos tapados como si la presión de mi cara hirviendo se hubiera liberado.

No vuelvo a hablar con él y me dirijo para mi cama a dormir...

Me despierto... Esto... ¿Esto que es?... ¡Ay! Su madre, una araña del tamaño de mi mano estaba en mi cama, ¡en mi cara! ¿Habrá dejado huevos en mi oreja?

Salgo de la cama y me dirijo al pasillo pensado en ¿Por qué?¡¡¿Por qué?!! ¿Por qué tenía que estar en mi departamento, en mi cama, ¡En mi cara!?. Ahora estoy acá parado frente a la puerta de Samuel. ¿Será que sigue desnudo? Bueno, no me importa- No, la verdad si me importa, pero esperemos que esté tapadito- toco la puerta. No se abre. La tocó de nuevo, y tampoco. Entonces entro.

-Samuel.-Digo susurrando-Samueeeel.

-¿Ehh?- Dice en un tono adormilado

Está envuelto en mantas con una pierna encima de una almohada, se ve tan vulnerable con esa cara que tiene ahorita, tan tierno, tan... ¿A quién le importa? Hay una maldita araña en mi cuarto y yo no pienso ir a matarla.

-¿Samuel?-pregunto.

-¿Guillermo?-No Samuel, soy un ladrón.

-Si, soy Guillermo.

Samuel enciende la lámpara amarilla que tiene en la mesita de noche y los dos nos deslumbramos en la luz de aquél bombillo. Él con sus rasgos de adulto recién levantado y yo con mi cara de pringao asustado.

-Esto... Es que hay una araña en mi cama, es gigantesca.Por poco y me mata.-le digo, recordando que ya le había informado de mi fobia días atrás.

-Está bien.-Dice

Se levanta y se queda al frente mío donde sonríe y después va para mi cuarto mientras yo me quedo en el de él esperándolo. Me siento en su cama y desde esa altura un olor me atrapa; empiezo a reconocer la loción que tiene él y empiezo a acercarme a la cama. Siento el olor de Samuel más fuerte y es una fragancia que me deja en un estado de... Ni sé cómo explicarlo. Cuando ya escucho la puerta abrirse me paro de un salto, un poco sonrojado.

-Me gustaría informar que maté la araña pero no fue así, no la encontré y por ende no sé si sigue en tu cuarto...-Dice ¿Entonces me quedo a dormir hasta que vuelva a aparecer?-Si quieres puedes dormir conmigo, por tu seguridad.-Dice, mirando el piso, como sintiera vergüenza. Y eso hace que me den cosquillas en el estómago y me haga sentir apenado por tal invitación.

-No, No... Gracias pero no, es much-me coloca un dedo en los labios

-Shhh- interrumpe- mejor ve acostandote mientras voy cerrando las puertas y apago las luces.

-Va... Vale.-Digo

Lo que no sabe Guillermo es que Samuel se había quedado más tiempo percibiendo el olor de su compañero en las sábanas que buscar las arañas.

Samuel vuelve a la cama, y ésta cede al peso de él hundiendose. Samuel nos arropa y se me pega de cucharita, pasándome una mano por encima, como un abrazo, haciendome sentir bien, protegido. Yo sólo me la mantenía con una sonrisa mientras sentía la fragancia que emanaba la cama y él.

Al comienzo me había parecido un abuso, pero ahora, ahora hasta empezaría a criar arañas para que aparezcan por todo mi cuarto. En este momento, bajo las mantas y brazos de Samuel me sentía seguro, tranquilo y otras sensaciones que no podía reconocer. No me la pasé mucho tiempo pensando, pues a los dos minutos ya estaba yo en los brazos de Morfeo, o mucho mejor, en los brazos de Samuel.

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Hola ajssusvaisb.

Ya sé que dije que cada semana pero es que no me aguantoxd, espero que les esté gustando y que estén teniendo una linda mañana-Tarde-Noche Si tienen un consejo por favor haganmelo saber.  Y bueno, ya estoy que caigo en los brazos de Morfeo, porque un Samuel no tengo    y-y. Bye

La cama de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora