Narra Willy:
Me dirijo a la puerta para salir, y cuando la jalo para abrirla lo hago con más fuerza de la Normal, pues estaba más pesada. Cuando choca ésta contra la pared yo ya estaba intentando mantener el equilibrio, pues jalé a Samuel-que venía entrando-al abrir la puerta haciendo que los dos cayeramos de bruces.
Quedé sorprendido cuando ya lo tenía encima mío, mirándome a los ojos y respirando mi aire.
-Hola.-Dice.
-Hola.-Digo con una risita nerviosa.
-Vaya chaval, me encanta como me recibes.-Dice con tono juguetón mientras ríe.
-Si...-Digo riendo. Nos miramos a los ojos todo el tiempo que estábamos en el piso. Estábamos bien-o por lo menos yo- pero no podíamos estar así lo que restaba de día.
-Bien.-Digo mientras miro sus carnosos labios- Creo que ya tenemos que levantarnos.
-Si.-responde, y se levanta ayudándome a mi también.
-Esto... voy a empezar a hacer la comida, mejor.
-Vale, yo me voy a bañar y vengo a comer...te.-a lo que me guiña un ojo.
Vaya pringao. Me hace poner rojo en segundos.
Termino de hacer la comida cuando me encuentro con un Samuel que ve todos mis movimientos. Nos servimos y empezamos a comer.
-Tienes comida en la cara.-Dice cuando ya casi hemos terminado.-pareces un bebé.
-¿Y por qué mejor no me la quitas?- a lo que responde con una sonrisa mientras acerca su mano a mi cara. Sus dedos me quitan lo que tenía untado pero siguen ahí en mi cara. Los dedos de Samuel me están quemando, y aunque lo sé, no me aparto, pues se siente bien.
¿Por qué me siento así de bien? Nunca me había sentido así que yo recuerde. ¿Y por qué con él? . Me siento feliz, y yo no puedo estar así; esto no es lo mío. Siempre cuando estoy feliz algo malo suele pasar.
Con una mirada de disculpas me levanto y lo dejo solo mientras lavo los platos y me dirijo a mi cuarto.
Cuando llego a mi cama empiezan a caer las lágrimas. ¿Cómo es posible que esté así? ¿Qué pasó con la muralla que construí? ¿Samuel fue capaz de derribarla en menos de una semana? Yo estoy llorando y preguntándome con un dolor en el pecho mientras el otro ni se ha dado cuenta del efecto que tiene en mi. Yo sufriendo por Samuel, mientras que él ni está pensando en mi. Hace una semana me hice un promesa ¿Y ya la estoy incumpliendo? ¿Estoy reconociendo que me enamoré de Samuel? ¿Estoy enamorado de Samuel?
Me quedo pensando en ¿Cómo? ¿Cuándo pasó? ¿Desde cuándo me empezó a gustar?. Estoy matándome con mis pensamientos cuando la puerta se abre.
-Hola Guille ¿Cómo es...-¿Qué nunca le enseñaron a tocar? -¿Estás llorando?
Narra Samuel:
Guille se va dejándome solo a una velocidad de la luz. Yo sólo tengo tiempo de observar como entra a su habitación.
Después de secar los platos entro a mi habitación y me acuesto en mi cama mirando el techo. ¿Qué será lo que me está pasando? ¿Es raro sentir esto? Me siento raro, pero me gusta sentirme así; nunca me había sentido así. Me quedo pensando en como una persona me ha podido cambiar en una semana. ¿Cómo es posible que él entre y me desordene así mis sentimientos?
Él Me hace sentir vergüenza,sintiendo como mis cachetes arden. La necesidad de ver esa mirada achinada. Donde lo único que me estorba de él es su ausencia. Con él los silencios no son incómodos y las noches son más largas. Él no necesita robar mi atención porque ya la tiene,y yo se la entrego cada vez que lo veo. Sólo espero no ser el unico; que mientras él esté durmiendo, yo esté ahogandome en tantos sentimientos.
Me levanto de mi cama y me dirijo a la habitación de él. Abro la puerta y empiezo a decir.
-Hola Guille, ¿Cómo es...-me detengo, observando sus ojos, bañados en lágrimas e inyectados de Sangre. Rojos y tristes.-¿Estás llorando?
-No. Digo, si. Me apliqué unas gotas que arden-siento que está mintiendo. Es muy malo mintiendo.
-Willy, por favor, confía en mi.- le digo, mientras me acerco a él, y lo abrazo
Narra Willy:
¿Es enserio? Me está abrazando la misma persona que me hace llorar. No me resisto y me apoyo en su hombro sollozando. Huele tan bien, un olor que me hace olvidarme de todo. Samuel me empieza a acariciar la espalda y a acostarnos en la cama, mientras que yo le toco el velludo y musculoso pecho.
Acostados, él abrazándome y yo pegado a su pecho conciliamos el sueño. Dejé de sollozar con él, desde que lo tenía tan cerca de mi. Él es el motivo de mis sollozos, pero también la cura de ellos.
Narra Samuel:
Me despierto, deben que ser como las seis. La luz de la mañana entra por la ventana del cuarto y nos cubre. Más a Willy, iluminando cada parte de él sin perdonar ningún detalle. Me quedo viéndolo mientras lo acaricio. Personas como él no deberían sufrir, lo acompañaría en todos los momentos, lo consolaría siempre que él lo necesite. Por eso quiero que me necesite; quiero que me quiera.
Es la segunda vez que duermo con él, y nunca había despertado tan cómodo y contento como ahora. Nunca me había sentido así. Las chicas con las que he estado siempre me pedían mi atención, cuando él me la quita sin siquiera pedírmelo. Ellas sólo me hacían reír y hacerme sentir bien por momentos, él me hace sentir realmente feliz, en paz, diferente, especial y más sentimientos sin nisiquiera tocarme.
Me quedo mirándolo hasta que despierta y sonríe- Vaya, aún así se acabe de levantar es muy guapo- me mira con unos ojos tiernos y un poco rosados.
-Buenos días-me dice.
-Buenos días-respondo.
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La cama de al lado
Fiksi PenggemarGuillermo Díaz empieza la vida Universitaria, proponiéndose que éste año será un nuevo comienzo para él, dejando de lado cualquier distracción y concentrándose en los estudios; pues los años pasados no sacaba tan buenas calificaciones por problemas...