Prólogo

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-¡AYUDA! ¡AYUDA POR FAVOR! ¡ALGUIEN! ¡AAAAHHH!

-Agh. ¿Qué mierda? - Abro la puerta que da a la sala y estiró un poco una tela que tapa la ventana para ver fuera - Oh. ¡Mierda!

-¡POR FAVOR! ¡NO QUIERO MORIR!

*BANG* *BANG*

-Ese idiota. Atraerá a todos los zombies de la ciudad. ¡Agh, mierdaaa! - Tomé mi mochila y corrí a ayudar al chico.

Bajé por un techo cercano y corrí a la calle en la que se encontraba.

Disparaba a diestra y siniestra, consumido por el miedo de morir.

-¡Hey! Deja de disparar - Salté una reja y cuando levanté la mirada ya habían zombies sobre él - Mierdaaa.

Corrí hacia él y quité a uno de una patada, al otro lo tiré del cabello y lo estampé contra el piso.

-¡Levántate! - Le disparé a algunos que estaban demasiado cerca y cuando por fin se levantó prendí una molotov - ¡Corre!

Sus piernas se movieron más rápido de lo que vi antes y corrió junto mí. Cuando nos vi lejos de peligro lancé la molotov, prendí una segunda y la lancé más lejos para que alcance a más zombies.

Escuchaba sus horrendos y asquerosos quejidos y veía como se retorcían hasta morir, pero eso no bastaba, aún habían muchísimos zombies. No podía relajarme.

-¡Cuidado! - Vi como tres zombies se abalanzaron sobre el desconocido y él disparó matando a dos, el último era un chasqueador, este lo hizo caer y corrí a ayudarlo. Le clavé mi cuchillo en el cuello y murió enseguida - Levántate. ¡Rápido!

Una docena de estas criaturas nos rodeó y más se acercaban. Busqué una rápida solución y la respuesta fue obvia.

Saqué mi escopeta y disparé a dos de enfrente, retrocedí para que no me toquen y volví a disparar. Otros dos. Dos más. Uno más.

-¡Tú también dispara! - Grité molesta porque este chico solo miraba aterrado y estaba gastando mis balas por su culpa.

A penas le grité, reaccionó y disparó a los zombies más cercanos. Nos estábamos encargando bien de ellos, hasta que nuestras espaldas tocaron la reja que salté antes. Aún eran demasiados y no me quedaban muchas balas.

-Mierda... ¿Qué puedo...? ¡Eso es! - El chico me miró asustado y lo más rápido que pude tiré mi escopeta al suelo no sin antes disparar por ultima vez a un chasqueador que estaba muy cerca. Saqué un tanque de gas y se lo puse al lanzallamas - ¡Ahora si! ¡Vengan perras!

Apreté el gatillo liberando el fuego de mi arma, quemando a los zombies que tenía en frente. Me sentía genial. Esta arma realmente me hacía sentir viva, lástima que solo me quedaba un poco de gas y ya no podría usarla hasta encontrar otro tanque.

El gas se acabó y aún quedaban muchos de ellos, pero podríamos escapar. Levanté mi escopeta y estiré el brazo del chico que aún disparaba.

-¡Eso es todo! - Salté la reja escapando y él me siguió, subiendo demasiado lento para mi gusto.

Corrí hacia un edificio que estaba en frente, salté a la escalera para alcanzarla y con fuerza subí por ella hasta la ventana más cercana. Entré por ella y el chico un par de segundos después también lo hizo. Corrimos a la habitación de al lado y había otra ventana abierta, pero esta con una tabla de madera conectada con el techo de una casa. Pasé por ella con sumo cuidado de no caer y ya en el techo de la casa abrí la ventana para ponerme a salvo. Al cruzarla por fin me sentí tranquila.

Él entró y cerró la ventana detrás de él. Cayó sobre sus rodillas y codos y retomó su aire.

¡¿Qué carajo?! Creí que se quedaría en el edificio.
Agh. Después me encargo de eso.

Descubrir tu lado tierno - Imagina Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora