Capítulo 12. Contigo

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El omelet de jamón que había metido a mi boca, se atoro en mi garganta, mientras esa chica le daba un bocado al suyo - no te asustes, solo un idiota no se daría cuenta, quieres más café? - negué - Yuuri es mi hermano pequeño, lo vi crecer y siempre sospeché que algo andaba mal, no me malentiendas, no digo que ser gay esté mal, lo que está mal es la sociedad, siempre pedí, que si existía una deidad suprema, lograra que el no fuera homosexual, y no porque me asuste, si no porque tenía miedo que esto sucediera.

- Perdóname... No sabia que esto pasaba, debí ser más precavido.

- No es tu culpa, Yuuri siempre ha sido así, se guarda todo para el, así que no es tu culpa, al contrario, gracias por cuidar de él.

- Cómo supiste, que el y yo somos pareja? - ella comenzó a reír.

- Sabias que su clave para todo es su fecha de nacimiento?, mi hermanito es tan simple, cuando miré su celular, fue fácil entrar, te tiene de fondo de pantalla en sus conversaciones de mensajería, lo sospeché, y luego te veo cuidándolo todas las noches, y estar al pendiente de él, solo un tonto no puede darse cuenta...

- Qué pasará ahora?.

- No debemos decirle a mi madre, el sabrá en que momento hacerlo, y... Demandare a la universidad... Lo que pasó con mi hermano, no debe volver a repetirse - asentí, el despertó una semana después.

Mary habló con el, Yuuri dejó salir sus lágrimas, mientras era abrazado por su hermana, su madre y yo esperábamos en la sala de espera, como siempre había traído galletas para mi, me contaba cosas del nipon de niño, incluso me regaló una bufanda tejida por ella, que se convirtió en un gran tesoro.

Entré a verlo, el miraba hacia la nada - porqué no me dijiste nada?, sabes que esto pudo haber sido detenido antes?, ellos llegaron, demasiado lejos! - el estaba en silencio - somos pareja, en las buenas y malas, debiste confiar en mi.

- No quería darte más problemas, suficiente tenías con lo de tu padre - jugaba con sus manos, no quería ni mirarme a los ojos, me senté a su lado y sujete su mano.

- Jamás serás un problema para mí - lo abracé a mi, cuando el comenzó a decir que se sentía mal, llamé al médico y el llegó en el momento justo en el que Yuuri sufrió una convulsión, su cuerpo se movia por si solo, el mordía su lengua, fui sacado de su habitación, viendo como las enfermeras corrían a auxiliarlo, recuerdo que su madre llevaba una canasta con frutas para su hijo, las dejó caer al suelo, con su mirada desencajada, ella también había visto el evento.

Comenzó a llorar, su hija la abrazaba, mientras yo apretaba mis puños, me sentía un inútil - Mari... Mari... - la mencionada acariciaba su cabello.

- Tranquila... Los médicos están viéndolo... Tranquila - le daba palabras de apoyo, pero ella buscaba donde sentarse.

- Me trae tan malos recuerdos... Mari... Me recuerda tanto a tu papá, odio los hospitales y odio que la gente que amo, esté en uno.

- Madre, tu hijo recibió un golpe, en su cabeza, debes tranquilizarte, tu hijo no tiene cáncer como papá - la mujer asentía, los médicos salieron después de atenderlo, al parecer aún seguía con edema cerebral, su madre fue atendida también al presentar una crisis nerviosa, estaba a su lado en urgencias, Mari también, cuando el neurólogo de Yuuri apareció en escena.

- Disculpen pero... Podría hablar con el familiar responsable del paciente Yuuri Katsuki? - ella se paró al frente - hay algo en la tomografía de Yuuri que me preocupa, podría autorizar un estudio más específico? - ella dio pasos hacia la salida de urgencias, habló con el médico a solas, para después tranquilizarnos, el estaría bien, el alma me regresó al cuerpo, el estaba bien.

Yuuri fue dado de alta una semana más tarde, su risa volvió a llenar de color mi departamento, el se recuperaba en mis brazos, la felicidad que tenía a su lado, era tan efímera, que nunca me di cuenta de ello.

Ahora años después el vuelve a mi como una tormenta, estaba sumido en mis pensamientos, cuando volvieron a tocar mi puerta, era el - Hola... - me dijo - podemos salir un rato?, quisiera hablar contigo...

- No es necesario que salgamos, lo que tengas que decirme, solo dilo y vete...

- Se que dices que no me odias, pero de verdad parece que si lo haces, y solo... No quiero que eso suceda....

-Si eso hubiera sido, si no querías que te odiara... Porqué me abandonaste?, porqué te fuiste cuando pedí que vivieras conmigo? - estaba enojado, aunque mi corazón aún latia por el, no dejaba de ser aquel tipo que había sufrido por su abandono.

- Se que hice las cosas mal, y no te pido que me perdones, solo quiero estar a tu lado, ser tu amigo si eso es posible...

- Tu y yo no podemos ser amigos...

-Entonces que podemos ser?, qué puedo ser para ti?, se que no volverías conmigo, Mila es tu novia, lo sé!!, pero solo permiteme estar cerca de ti, saber que estas bien, permiteme verte de vez en cuando...

- Quiero casarme con Mila - el se quedo en silencio - quiero ser feliz a su lado y tu sin duda, vas a estorbar... - se que mis palabras fueron dolorosas, lo supe en cuanto el se levantó y se fue, siempre me ofrece el silencio, no importa que pasara, no importa que sucedió en el pasado, el me abandonó, el me dejó solo, cuando yo lo amaba terriblemente, el no se apiadó de mí y de mis sentimientos, porqué tendría que medir mis palabras?.

Pensé que estaba todo dicho, cuando el volvió a tocar mi puerta, la abrí sorprendido - no quiero dejarte ir esta vez... No quiero abandonarte... No puedo renunciar a ti... Ahora que te he encontrado de nuevo... - comencé a enojarme más.

- Desapareciste del mapa, sabes cuanto te busque?, sabes cuanto lloré por ti?...

- Tu aun me amas, verdad? - me quedé quieto, tenía razón, yo aun lo amo.

El Chico Que Abrazaba Mi EspaldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora