Capítulo 22. Carta

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El traje negro no va conmigo, la soledad tampoco, la vida se ha detenido, su sonrisa, su cálida risa se fue para siempre, estoy sentado en mi cama, abrazado a mi madre, ella me da su apoyo, cuando no quiero eso, solo quiero que esto sea una pesadilla y que el este a mi lado una vez más.

Quiero regresar el tiempo, ir a su lado, no dejarlo partír, pero los poderes mágicos no existen, una maquina del tiempo tampoco, su feretro está adornado con flores, varias coronas lo acompañan, su retrato está al frente, su rostro sonriente me da la bienvenida, una foto de sus tiempos universitarios, de un chico lleno de sueños, muerdo mis labios para no llorar, porque se lo he prometido, y yo si cumpliré mi palabra.

Estoy de pie, siempre de pie, todos le dan el pésame a su familia, su hermana recibe palabras de aliento, pero... El era el amor de mi vida, el amor más grande, y... No he recibido ninguna palabra de aliento.

No he querido verlo, no soportaría verlo dormido, sería lo último que podría tolerar, su hermana se acerca a mi, me abraza con fuerza - donde quiera que este, el siempre estará contigo - fueron sus palabras, no puedo evitar sentir un nudo en mi garganta, he contenido mis ganas de llorar, he contenido y ahogado un grito de dolor y de desesperación, cada vez aquel nudo se hace más grande y quiero que siga creciendo, quiero que así sea, que sea más grande, hasta que me haga dejar de respirar.

Mirar una lápida con su nombre escrito en ella, no estaba en el plan, perderlo tampoco, irse sin mi, si estaba en el suyo, su hermana me permite ir a su casa, llevarme lo que quiera, un recuerdo de el.

Su habitación está llena de su perfume, al entrar miro aquel retrato que me hizo, está roto, pero, el lo había pegado, cada pieza, en su lugar, duele, pero aún así, no me dejó caer.

Una sudadera suya llama mi atención, aquella prenda que llevó la primera vez que se subió a mi motocicleta, su madre me asusta, se acerca a mi, haciendome sentar en la que fue su cama - no hizo falta que Yuuri me dijera, quien eras en realidad, yo siempre lo supe, debiste ver su cara, de asombro, cuando se lo dije, me preguntó cómo lo supiste mamá?, pero se le olvidó que nació de mi, que lo vi crecer y que, sabía todo de él, se que debes estar molesto con el, y es normal, yo estoy molesta con la vida, por quitarme a mis dos amores más grandes, pero... Ellos no se van de nuestro lado, se quedan con nosotros, los recuerdos que nos dejan, la forma en que influyen en nuestra vida, es su manera de trascender, el trasciende en ti, el vivirá contigo para siempre, espero lo recuerdes con amor, que su recuerdo pronto se transforme en luz, como la luz que tu le diste siempre, Viktor gracias por haberlo amado, más de lo que nadie pudo hacerlo, pase lo que pase, yo... Estaré al pendiente de ti, porque el me lo pidió, una tarde me lo dijo no dejes a Viktor solo jamás y yo soy una mujer de palabra - me dio un beso en la frente, debía ser yo quien la consolara, y fue ella quien me reconforto.

No pude dormir en mi cama, durante varios días, no pude ni siquiera entrar a mi habitación, mi madre estaba conmigo, cuando decidimos cambiar todo de lugar, en un intento desesperado de ayudarme a seguir, cuando un sobre cayó, escondido bajo las sábanas, la letra cursiva, sobresalía.

Ella lo comprendió y me dejó solo.

Viktor, no se como comenzar a redactar esta carta, porque jamás me imaginé que este momento llegaría, que un día tendría que dejar de existir, nadie está preparado para morir, pero confío en que pueda tener una muerte dichosa, una muerte donde ni siquiera me de cuenta de ella, porque no estaría listo para verte sufrir por mi, tus ojos de cielo siempre brillaron para mi, siempre me miraron con amor, un amor que estoy seguro no merecía, se que te lastime alguna vez, era demasiado tonto, moría de miedo, y... No quería ver esa mirada de desolación en ti, como la que vi en mi madre tantas veces, pensé que aquella vez moriría y aunque sobreviví, siempre supe que era una bomba latente, aún así, elegí que si te encontraba de nuevo, te daría todo lo que nunca te di, pero, las cosas nunca salieron como esperaba, y hoy que se que no hay nada que hacer, decidí pedir mi alta voluntaria, pasar mis últimos momentos contigo, verte sonreír y gritarte que te amaba para siempre, gracias por permitirme abrazar tu espalda una vez más, espero que algún día, mi recuerdo no te haga llorar, que me recuerdes como algo hermoso, y no con dolor, se que prometí que no te abandonaría y aunque no esté te lo aseguro, en cada paso que des iré contigo, Viktor, si algún día volvemos a renacer, déjame amarte una vez más... Y ser el chico que abraza tu espalda.

Te amaré para siempre.

Yuuri

Basta, lo siento, no pude seguir siendo fuerte, prometí no llorar, pero no puedo más, no tienes de que preocuparte, no tienes que decirlo, te recordaré con amor, siempre con amor.

El Chico Que Abrazaba Mi EspaldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora