❦Panadero❦

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—No importa cuantas heladerías haya en todo París, para mí el helado de André es el mejor—opiné dándole un bocado a mi helado de maracuyá y menta—Magníficamente delicioso—sonreí y me comí la cereza.

El rubio a mi lado rió—Fue una suerte encontrarlo de camino al centro comercial—comentó degustando su helado de menta, té verde y coco, aquellos colores que caracterizan mi traje de super heroína.

Estamos en la librería del centro comercial, nos dejaron de tarea traer un libro que jamás hayamos leído, luego tendríamos que hacer un resumen y bla bla bla, la cuestión es que Adrien y yo acordamos ir al centro comercial para conseguirlos.

Apenas ayer nos dieron la tarea y tenemos hasta la próxima semana, pero era mejor conseguirlos ahora antes de que lo olvidemos.

—Creo que llevaré este, tiene un bonito nombre—me mostró el libro que sostenía.

Vi la portada del libro que titula "Nosotros en la Luna" de la escritora Alice Kellen.

—Yo llevaré este—mostré el que tenía en las manos.

—¿"A dos metros de ti"?—nombró el título del libro—Pero ya viste la película—habló confundido.

Puse una mano en mi cintura—Pero no leí el libro, son diferentes—hablé caminando a la caja de pago—Las películas omiten muchos sucesos que los libros tienen—expliqué extendiéndole el libro que llevaría.

El rubio rió risueño—Si tú lo dices—sonrió extendiendo su libro para también pagarlo.

Una vez pagados los libros, recorrimos el centro comercial mientras acabábamos los helados que habíamos comprado hace rato, ninguno de los dos tenía cosas que hacer, así que acordamos pasar el rato, como una cita.

Vi como al rubio se le iluminó la mirada al ver la zona de juegos, específicamente, a la que fui con Kagami hace ya un tiempo.

Lo miré con dulzura—¿Quieres ir?—pregunté deteniendo mi andar.

Él me miró ilusionado—¿Podemos?—preguntó mirando el lugar.

Reí ante su petición—¡Claro! ¡Vamos!—sonreí retomando mi andar, pero con destino a la zona de juegos.

Caminé hacia la cabina de pagos y premios, afortunadamente siempre traigo la tarjeta para los juegos conmigo cuando voy al centro comercial, nunca se sabe cuando la puedes necesitar.

Entregué mi tarjeta y pagué para que la recargaran—Yo puedo pagarla, no es necesario que te tomes esa molestia—pidió Adrien al ver que estaba pagando—Soy yo el que quiere jugar después de todo—habló apenado dispuesto a sacar el dinero y pagar él.

Lo detuve—Oye, yo también quiero jugar ¿Sabes?—sonreí apoyándome en la vitrina—Además, no tiene nada de malo que yo pague—sonreí viendo a los niños jugar emocionados con sus padres detrás de ellos.

Por fortuna, esta área estaba llena de niños y sus padres, no había ningún adolescente para que persiguiera a Adrien, y a los niños no les interesaba mucho el tema de la moda y la fama, por lo que no le tomarían importancia, podríamos jugar en paz.

—Aquí tiene—habló el señor que atendía y me dio la tarjeta ya recargada.

—Gracias—tomé la tarjeta, estaba dispuesta a ir primero por el juego de aplastar a la araña con un martillo, pero alguien me llamó.

Prσmєѕαѕ dєl Dєѕtinσ || Chat Noir/Adrien × LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora