❦Sweet Dream❦

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VERDAD Y DESTRUCCIÓN
(Parte 1)

Bajé de la limosina de los Agreste con una sonrisa orgullosa en mi cara, sonrisa que no se había borrado en todo el camino, ¿La razón? Una medalla de tercer puesto colgando en mi cuello; así es, gané el tercer lugar en la competencia de esgrima de la academia.

Habría quedado en segundo pero perdí contra Kagami, pero perdí justa y dignamente, considero que le di una buena batalla, así que estaba más que satisfecha con mi tercer lugar.

—Adiós, Darling—se despidió Adrien desde el coche, él también tenía una medalla en el cuello, una de primer lugar.

—Hasta mañana—me despedí con un ademán de manos—Y Feliz Día de San Anastasio—lo felicité, pues era su santo.

Él me sonrió y cerró la puerta del coche, este avanzó y se fue alejando hasta perderse de vista.

Entré a mi casa tratando de contener mi emoción y cerré la puerta, vi a mis padres sentados en el sofá abrazados mirando la televisión.

Inspiré profundamente—¡ADIVINEN QUIÉN QUEDÓ EN TERCER PUESTO EN ESGRIMA!—anuncié sobresaltándolos a ambos, ni notaron cuando llegué—¡ESTE SUGETO!—me señalé con mis pulgares con mi orgullo desbordando de alegría.

Ambos sonrieron al ver la medalla colgando en mi cuello y se levantaron para abrazarme—¡Felicitaciones! Nunca dudé de ti—habló mi padre con orgullo.

Puse los ojos en blanco y fruncí mis cejas—Mentira, creíste que me romperían un brazo—me quejé recordándole las palabras que me dijo en la mañana.

—Bueno, un error lo comete cualquiera—se encogió de hombros.

Mi madre rió junto a mí—Salgamos a cenar hoy—propuso con emoción—Celebremos tu victoria con (tu comida favorita)—propuso sacándonos una sonrisa a mi padre y a mí.

—¡Uy! ¡Anótame!—sonreí tomando mi mochila de esgrima y corriendo a mi habitación. 

Aún es temprano para la cena, pero tenía que bañarme y no me gusta salir a la calle con el cabello húmedo, así que era mejor hacerlo ahora y así estar preparada para la noche.

Dejé mis cosas sobre mi cama y me metí al baño para darme una relajante ducha, mi cuerpo estaba sudoroso y me dolían un poco los músculos, pero un baño me dejaría como nueva.

Me tardé un poco en la ducha, me tomé mi tiempo para ducharme y disfrutar del aroma del jabón inundar el lugar, al terminar, tomé mi toalla y salí para vestirme.

Tome la ropa que suelo usar y no tardé en vestirme, tomé mi teléfono mientras secaba mi cabello con la toalla, me sorprendí de ver varias llamadas perdidas de Alix, treinta y nueve para ser exactas, había olvidado que puse mi teléfono en silenciador por la competencia de esgrima.

Fue cuando lo recordé, hoy las chicas tendrían un picnic en la Plaza de Trocadero, la que está frente a la Torre Eiffel. 

Miré extrañada mi teléfono, las chicas sabían que hoy tal vez no iría o llegaría tarde, no entiendo el por qué tantas llamadas de Alix, ¿Abra pasado algo?

Le mostré el teléfono a Aria—¿Tu por qué crees que me haya llamado?—pregunté, tal vez ella tenía respuesta lógica.

Mi kwami, quien estaba sentada sobre mi cama, miró mi dispositivo—Tal vez quería confirmar si irías—dedujo, ella tampoco estaba muy segura.

Volví a observar la pantalla de mi teléfono—Pero, ¿No te parece algo exagero que llamara treinta y nueve veces?—cuestioné no muy convencida—Es que Alix suele rendirse a la segunda llamada—expliqué, que me haya llamado tantas veces y  seguidas me inquietaba.

Prσmєѕαѕ dєl Dєѕtinσ || Chat Noir/Adrien × LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora