Prσmєѕαѕ dєl Dєѕtinσ || Chat Noir/Adrien × Lectora

❦Oblivio❦

¡Feliz día de San Valentín para todos los enamorados!  <3

Y para los que no tienen, espero sueñen con su crush ficticio qwq

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Apreté mis ojos y llevé una mano a mi cabeza con algo de dolor, bostecé un poco y me senté—Ugh, ¿Por qué mi cama está tan dura?—me pregunté frotando mi cabeza, por alguna razón me dolía mucho.

—Tal vez por que no estamos en una cama en primer lugar—habló una voz sacándome de onda.

Abrí los ojos al instante e hice un gesto de espanto al ver a una azabache y a un rubio desconocidos mirándome con curiosidad, ambos par de locos tenían unos trajes extraños, la chica tenía una traje de catarina y el otro un traje de... 

¿Qué es eso? ¿Una rata? ¿Un murciélago?

—¿Quiénes son ustedes?—preguntó el rubio mirándonos a ambas.

La azabache y yo nos miramos, ella llevó una mano a su cabeza—Eh, yo... No lo sé, no recuerdo cómo me llamo—expresó con preocupación.

El rubio puso una mano sobre su frente, como si tratara de recordar—Yo tampoco—respondió y ambos me miraron.

Me encogí de hombros—Ni idea, ni siquiera sé quienes son ustedes—sinceré.

Esto era algo frustrante y desconfiaba un poco de los adolescentes que tenía frente a mí, no sabía nada de ellos y tampoco nada de mí, Dios sabe qué clase de personas podrían ser.

El rubio tal ve podría ser hijo de un super villano o un criminal, yo que sé.

La azabache tal vez era una acosadora que necesita tratamiento psicológico o algo peor.

Y yo... Ojalá sea hija de un narco, qué emocionante sería mi vida de ser así.

El de traje negro nos miró y luego a sí mismo—Parece que vamos a una fiesta de disfraces—comentó con gracia.

Puse los ojos en blanco y me miré, dándome cuenta de que yo usaba el mismo traje extraño que esos dos tenían.

Traté de imaginar la situación y el por qué estábamos inconscientes en una especie de ascensor, chasqueé los dedos al ocurrírseme una idea.

Me senté cruzando mis piernas—Yo digo que estábamos en una fiesta, se nos pasaron las copas y por eso no recordamos nada—comenté mi loca idea provocando que ambos me miraran pasmados—Y tal vez por eso me duele la cabeza, es la resaca—supuse encogiéndome de hombros.

La ojiazul negó rápidamente—No creo que hayamos bebido, no tenemos edad para eso—comentó aterrada con mi teoría.

—¿Qué edad tenemos en primer lugar?—preguntó el rubio. La de traje rojo y yo nos miramos para luego encogernos de hombros, ni eso recordábamos.

Hice una pose pensativa—¿Qué tanto habré tomado cómo para olvidarme de todo?—murmuré asombrada por no recordar nada, no encuentro otra razón para olvidar todo.

Un pitido se hoyó provenir del anillo del chico, este lo miró extrañado—Tu anillo está sonando—informó la azabache.

La miré levantando una ceja—Nah, ¿En serio?—pregunté con ironía—Si no me decías, fijo ni me enteraba—hablé burlesca causando una sonrisa de vergüenza en ella.

Sus aretes también sonaron al igual que algo sobre mi cabello, llevé mi mano hacia donde provenía el sonido, llevaba una especie de adorno sobre este.