Prσmєѕαѕ dєl Dєѕtinσ || Chat Noir/Adrien × Lectora

❦Timetagger❦

Kagami esquivó mi ataque—¡Waaa!—exclamé cuando estuve a punto de caer de cara contra el suelo; sin embargo, su brazo se enrolló en mi cintura y quedé en el aire sostenida por ella.

—Ten cuidado, no querría que te lastimes—murmuró suavemente.

Hoy teníamos clase de esgrima y había notado a Kagami un poco extraña, no sabría como explicarlo, actuaba con más confianza y se mostraba más expresiva, con los demás era la de siempre, pero conmigo era diferente, ¿Le pasará algo?

Pensaba preguntárselo al final de la clase, pero visualicé una enorme bandada de palomas sobrevolar el lugar.

Suspiré—Oh no ¿Otra vez?—murmuré cansada, quedan menos de dos semanas para la competencia de esgrima y necesitaba practicar más, pero Hawk Moth anda en mi contra últimamente.

Primero interrumpe mis clases o salidas, y ahora ya ni me deja practicar, ¡¿Qué más quieres de mí?! Ya akumatizame mejor.

Miré a Adrien, quien ya se encontraba mirándome, ambos asentimos y levantamos la mano—Profesor, debo ir al baño—me excusé.

—¿Puedo ir a tomar agua?—preguntó el rubio.

El profesor suspiró—Vayan, pero no se tarden—ordenó.

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Chat Noir y yo seguimos a las palomas, quienes nos llevaron al Louvre, ahí encontramos a Ladybug y a algunas personas que filmaban a Señor Pichón y la mayoría solo pasaba por ahí ignorándolo, ¿Y cómo no? A sido akumatizado incontables veces en las últimas dos semanas, ya estoy hasta la madre.

—¡Héroes de París! ¡Si no me dan sus Miraculous, estas palomas aplastarán el Louvre!—amenazó señalando a la gran bandada que volaba sobre el museo.

El rubio y yo aterrizamos al lado de la azabache—Hola, chicos—saludó desganada—Creo que no hay necesidad de darles un informe—habló mirando con pereza al akumatizado.

Yo negué—Lindo fuera que Hawk Moth, aunque sea, le cambiara el traje, siento que sobreexplota al pobre hombre—opiné estirándome un poco.

Chat suspiró—Acabemos con esto rápido, como las otras veintitrés veces—pidió, el esgrima es mucho más interesante que esto.

Lo miré con poca sorpresa—¿Tú aún llevas la cuenta?—pregunté impresionada—Yo dejé de llevarla después de su doceava akumatización—admití encogiéndome de hombros.

Ladybug lanzó su yo-yo al aire—Amuleto encantado—murmuró invocando un zapato.

—¡Denme sus Miraculous!—seguía exigiendo el akumatizado mientras seguía presumiendo que las palomas eran los animales más audaces del mundo.

—Trae eso—le quité el zapato y se la lancé al hombre, dándole justo en la frente.

Tomé mi látigo y lo atrapé atrayéndolo hacia nosotros, Chat le quitó el llamador de aves que colgaba de su cuello y lo destruyó, luego Ladybug atrapó el akuma y regresó todo a la normalidad. Todo en menos de un minuto.

—Oh no, ¿Otra vez?—preguntó él al vernos, dándose cuenta de que nuevamente fue akumatizado.

Chat y yo lo ayudamos a levantarse—No se preocupe , señor Ramier, siempre estaremos aquí para traerlo de vuelta—aseguró la azabache.

Él nos sonrió—¿Me permiten comprarles un helado?—preguntó con ilusión, al parecer, trataba de compensarnos.

Chat y yo nos miramos, ninguno usó sus poderes así que teníamos todo el tiempo del mundo. Ladybug también accedió puesto que le quedaban cuatro minutos, tiempo suficiente par aun helado.