❦Cazacorazones❦

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LA BATALLA DE LOS MIRACULOUS
(Parte 1)

—A mí no me parecen muy enamorados—susurré mirando Audrey y a André Bourgeois discutiendo cada vez que uno abría la boca.

—Sinceramente, a mí tampoco—susurró Kagami en respuesta.

Adrien ladeo su cabeza tratando de decir algo positivo de ellos, pero sí que se le estaba dificultado—Nop, realmente no puedo contradecir nada—confesó mirando a la pareja celebrada.

Hoy es el vigésimo aniversario de los padres de Chloe. La señora Tsurugi, el señor Agreste y mis padres fueron invitados a esta celebración tan 'feliz y amorosa', aunque esas palabras no describían ni un poco al matrimonio de ambos adultos.

No entiendo ni cómo siguen casados, esos dos parecen aplicar la frase de "No a todo, pero sí al divorcio" cada vez que se miraban; sin embargo, aquí están, cumpliendo veinte años de casados.

Kagami, Adrien y yo estábamos sentados en un sofá presenciando el regalo de aniversario que diseñó Gabriel para la pareja.

Todo era MUY aburrido, la mamá de Kagami estaba sentada al lado de su hija y el guardaespaldas de Adrien sentado al lado del nombrado, mientras yo estaba en medio de ambos para que no empiecen una discusión por cualquier tontera.

La señora Tsurugi y el guardaespaldas de Adrien vigilaban que ambos no se fueran a ningún lado, ambos debían presenciar la ceremonia puesto que son invitados y sería de mala educación retirarse.

Yo tenía toda la libertad de irme, pero no los iba a dejar solos; además, me aburriría estando sola, Jack estaba con Chloe conversando temas extravagantes o yo que sé, cosas de gente fina.

Suspiré al ver como los adultos Bourgeois volvían a discutir, la ceremonia empezó hace menos de una hora y ya sentía como si hubiera estado sentada en este sofá toda una vida.

El sonido de un golpe y unas cajas caerse hizo que mi mirada se desviara de la discusión hacia Marinette, quien estaba en el suelo con algunas cajas de la panadería en el suelo; deben ser bocaditos para la ceremonia, pues sus papás están a cargo de esos pequeños aperitivos.

Miré a Kagami y luego a Adrien, los tres sonreímos sin decir nada, pues ya sabíamos que compartíamos la misma idea; nos levantamos al mismo tiempo, pero fuimos detenidos por el guardaespaldas y la señora Tsurugi.

—No nos vamos, sólo ayudaremos a nuestra amiga con el bufet—explicó Adrien excusando nuestra repentina acción.

Ambos adultos parecieron dudar pero terminaron por acceder, puesto que Adrien es 'un chico que nunca se mete en problemas'. ¿Y para qué mentir? Tienen razón.

Sonreí agradeciendo a todos los dioses, santos y astros que se me ocurrieron en ese momento por permitirnos huir de esa situación tan aburrida.

Los tres corrimos hacia la ojiazul y cada uno tomó una caja para ayudar a levantarla—Gracias, chicos, pero no se pierdan la ceremonia por mi culpa—pidió agradeciendo nuestro gesto con una sonrisa.

—No digas mamadas, Mary Jane, no quiero volver con esos dos—sinceré señalando discretamente a ambos adultos que antes nos vigilaban.

Adrien asintió—Sí, ya queríamos escaparnos—concordó conmigo.

—Por suerte eres tan torpe como ellos aburridos—bromeó Kagami sin decirlo con mala intención.

Los cuatro dejamos la caja con los papás de Marinette, quienes estaban arreglando la mesa del bufet—Marinette, retira las bandejas vacías, por favor—pidió la señora Sabine.

Prσmєѕαѕ dєl Dєѕtinσ || Chat Noir/Adrien × LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora