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Decidir hacer las cosas era mucho más fácil que hacerlas.

Por mucho tiempo tuve en la cabeza mi venganza contra Satoru, la cual me impedía ver más allá de ella. Pensaba que debía vivir por y para ese motivo.

Sin embargo, ahora había algo que estaba en mi cabeza por más tiempo del necesario... En realidad, era alguien.

Yuji Itadori.

Mi corazón se aceleraba tanto al solo pensar en su nombre, que empezaba a creer que de verdad me había vuelto loca, pero no podía evitarlo.

Cuando estaba con él, cerca de él o pensando en él, parecía que mi objetivo de superar a Satoru perdía fuerza.

Por supuesto, seguía tan molesta con mi hermano que era imposible no maldecirlo de vez en cuando y volver a sentirme herida por sus palabras.

Pero también recordaba las que me había dicho Yuji y estaba muy segura de que había más personas que pensaban lo mismo, como Megumi y Nobara. Algo que, anteriormente, no me importaba en absoluto.

Así que, por eso y muchas razones, había decidido confesarle mis sentimientos a Yuji.

Pero, como dije, esa fue la parte fácil del plan... Porque, en realidad, no existía un plan.

Por supuesto, pensaba que este día no sería el correcto para hacerlo, empezando con el hecho de que Nitta había llegado a recogernos porque parecía haber problemas que involucraban a una Maldición.

Si el día comenzaba con problemas de ese tipo, definitivamente no sería un buen día para una confesión.

—Junio, en Morioka: Taichi Kanada. Agosto, en Yokohama: Osamu Shimada. Septiembre, en Nagoya: Hiroshi Yamato.

Nitta iba conduciendo el auto mientras explicaba los detalles. Los chicos iban en el asiento trasero y yo iba en del copiloto.

—Los tres murieron de la misma manera: Fueron apuñalados por una Maldición al frente de sus apartamentos.

Pase la tableta hacia atrás, para que Megumi leyera lo que decía. De todas formas, él en verdad estudiaba lo que ocurría mientras yo leía de pasadita.

Megumi me terminaría explicando lo que pasaba o íbamos a hacer.

Aun así, escuché lo que Nitta decía. Las personas habían presentado problemas con cerraduras automáticas que eran abiertas, y ninguno de los demás residentes experimentó los mismos acontecimientos.

—Pero no hay un patrón en las fechas o lugares —dijo Megumi—. ¿Fue realmente la misma Maldición?

—¿Ese problema con las puertas automáticas fue realmente obra de la Maldición? —preguntó Yuji—. ¿Los sensores siquiera pueden detectar a las Maldiciones? Aunque no aparecen en las cámaras.

—Parece ser que las Maldiciones se metieron en los operadores de las puertas en vez de los sensores —dijo Nobara.

—Oh, ya veo... ¿¡Operadores!?

—Aún así, preguntas si fue la misma Maldición. No podríamos llegar a esa conclusión —dije—. Incluso hubo intervalos de tiempo entre los asesinatos.

—Exacto, por eso investigué algo que pudiera conectar a las víctimas —dijo Nitta—. Todos fueron a la misma escuela media y vivieron juntos por dos años.

—Eso debe significar que los tres fueron maldecidos juntos en el pasado, ¿y ahora la maldición ha sido activada?

—Sip, parece ser eso —dijo Nitta.

—¡Impresionante, Kugisaki! —exclamó Yuji.

—Hmph, por supuesto.

—Ahora vamos a hablar con un sujeto que era amigo de las tres víctimas de la escuela media. Espero que los cuatro puedan hacer algunas investigaciones como hechiceros.

Hacia la cima [ 1 ] | Yuji Itadori |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora