Capitulo 10

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DEDICATORIA A TODOS LOS SLYTHERIN
FELIZ DIA


Pov. Noah

En el verano había ido con mi tío Hades para perfeccionar sus poderes, junto con los de Hefesto y Hestia, ya que en el inframundo no podía causar ninguna muerte, un día apareció Demetre y Afrodita arrepentidas de su comportamiento el año pasado pidiéndome perdón y ofreciendome ser su campeón, acepte con la condición de que no que dijeran a los demás olímpicos donde me encontraba.

Hoy era el regresó a Hogwarts, a la estación me acompaño mi tía Hestia y Hefesto. Me despedí de ellos y subi a un compartimento vacío y me puse a leer a pesar de que ya había leído bastantes libros no me aburría como antes ni me frustraba; cuando llegamos a la estación nos dirigimos a unos carruajes que eran llevados por unos caballos que tenian la combinación de mi padre con el tío Hades

-Es un honor estar en su presencia, mi principe- hablaron en mi cabeza

-El gusto es mío- les respondí de igual manera hablándole solo en la mente.

Después de esa pequeña charla me subí a un carruaje

Pov. Harry

No habiamos logrado cruzar el andén por lo que con Ron fuimos a Hogwarts en el auto volador del señor Weasley, fuimos atacados por el sauce boxeador y nos regañaron la profesora Mcgonagall y Snape por dejar que los muggles nos vieran

-Lo mejor será que vayas a la enfermería, Weasley, estás sangrando.

-No es nada- dijo Ron, frotándose enseguida con la manga la herida que tenía en
la ceja -Profesora, quisiera ver la selección de mi hermana.

-La Ceremonia de Selección ya ha concluido- dijo la profesora McGonagall -Tu hermana está también en Gryffindor.

-¡Bien!- dijo Ron.

-Y hablando de Gryffindor...- empezó a decir severamente la profesora McGonagall.
Pero Harry la interrumpió.

-Profesora, cuando nosotros cogimos el coche, el curso aún no había comenzado, así que, en realidad, a Gryffindor no habría que quitarle puntos, ¿no?- dije, mirándola con temor.
La profesora McGonagall le dirigió una mirada penetrante, pero estaba seguro de que había estado a punto de sonreír. Tenía los labios menos tensos, eso era evidente.

-No quitaremos puntos a Gryffindor- dijo ella, y me sinti muy aliviado -Pero vosotros dos seréis castigados.

Eso era menos malo de lo que Harry se había temido. En cuanto a que Dumbledore escribiera a los Dursley, le daba lo mismo. Sabía perfectamente que los Dursley lamentarían que el sauce boxeador no lo hubiera aplastado.La profesora McGonagall volvió a levantar su varita y apuntó con ella al escritorio de Snape. Sonó un ¡plop! y apareció un gran plato de emparedados, dos copas de plata y una jarra de zumo frío de calabaza.

-Comeréis aquí y luego os iréis directamente al dormitorio- indicó -Yo también tengo que volver al banquete.

Cuando la puerta se cerró detrás de ella, Ron profirió un silbido bajo y prolongado.

-Creí que no nos salvábamos- dijo, cogiendo un emparedado.

-Y yo también- contesté haciendo lo mismo.

'Pero ¿cómo es posible que tengamos tan mala suerte?- dijo Ron con la boca llena de jamón y pollo -Fred y George deben de haber volado en ese coche cinco o seis veces y nunca los ha visto ningún muggle- Tragó y volvió a dar otro bocado -¿Y por qué no pudimos atravesar la barrera?

Percy Jackson en hogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora