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Poco a poco se acostumbro a llevar vestidos y dejaba de incomodarle ir a las presentaciones. Aun no era algo que le gustara completamente por el hecho de que aun tenia miedo que descubrieran quien era en realidad, era lo que le asustaba y hacia helar su sangre.

—¿Así que ya te esta gustando ser la señorita Hina?—le pregunto Yae mientras entraba a donde Gorou que se encontraba colocándose un vestido largo de color rosado con estampado de flores—

—¿¡Qué?! Por supuesto que no... Solo no me desagrada demasiado como antes. ¡Pero quiero que esto acabe! 

—Tranquilo, tranquilo —hablaba mientras le ponía la mano en su hombro.— Ayudas a demasiada gente con tus consejos y poder ver a quien les ayuda les hace mas felices

—No me vas a convencer con esas palabras...

En aquella ocasión la miko le acompaño, cosa que le resultó un tanto extraña  ya que normalmente no lo hacía, pero tampoco le tomó importancia.
Todo transcurrió con bastante normalidad, para su suerte Itto no había ido a mayoría de presentaciones ya que normalmente lo lograba hacer sentir incomodo solo por el hecho de que era al único que podía reconocer que iba a las presentaciones, así que por ello daba gracias. El público que iba a verle en realidad no era demasiado, sólo era un pequeño grupo de ¿admiradores? No sabía como describirlos.

Estaba aun en lo que era su hogar, se encontraba nervioso por el hecho de que se propondría hablarle a la señorita Hina de nueva cuenta, quería conocerla mejor y quizá poder acercarse a ella, ya que a pesar de solo haberle hablado una vez sentía que quedo flechado con solo verla, tenia confianza en si mismo que lograría conquistarla. De nuevo pensaba en ella, pensó en su hermoso cabello castaño, aunque de pronto a su mente llegó la imagen de Gorou. Le resultaba curioso que aquella mujer y el general tuvieran cierto parecido. Tampoco pensó mucho en el tema, ya que podría ser sólo una simple casualidad.

—¡Señorita Hina!  —escucho aquella voz y sólo quiso salir corriendo ¿siempre era tan oportuno? —

—Oh hola, me alegra verte de nuevo. Creí que ya no vendrías

—¿De verdad notó que no había asistido? —cuestionó con ilusión y una sonrisa se posó en su rostro.— Soy tan inolvidable

—Es que tus cuernos sobresalían entre todos —le dijo mientras soltaba una risita. No sabía porque cuando estaba cerca de Itto hacía cosas de las que después se arrepentía o avergonzaba—

Hablaron por unos cuantos minutos, el general estaba consciente de que debía evitar relacionarse demasiado, ya que tarde o temprano la señorita Hina dejaría de presentarse ante su público ya que fue lo que le dijo Yae. Pero con ese oni las cosas no le salían como lo planeaba.

—¡Gorou! —escucharon el grito de una mujer y el mencionado sólo se puso tenso—

Yae llevaba un rato buscando al general, ya que lo había perdido de vista. Lo encontró hablando con un oni, cosa que en cierto modo le sorprendió pero tampoco dijo gran cosa, esperaba no haber revelado nada.
Bromeaba con Gorou sobre lo de la señorita Hina, pero no haría nada más grave.

—¡Hina! ¿No haz visto a Gorou? Hace un rato que lo busco y no lo he encontrado

—Oh, realmente no recuerdo haberlo visto —contesto un tanto nervioso. —Si quieres te ayudo a buscarlo

—¡Yo también podría ayudar! —soltó Itto rápidamente—

—No es necesario. Nosotras lo encontraremos —habló Yae mientras tomaba a Gorou de la mano y se alejaban—

Itto se quedó parado en su mismo lugar, trataba de comprender que es lo que pasaba. ¿La señorita Hina conocía a Gorou? Y si ese era el caso, ¿Porqué Gorou le dijo que no la conocía? Estaba confundido y decepcionado. Resignado se fue a su hogar.

Confuso. IttorouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora