Capítulo 19: Día de chicas

191 16 4
                                    

"Día de chicas"

MEG'S POV

Ya era de mañana. Miro a un lado y estaba Saris junto a mí. Me levanto del sofá tratando de no despertar a Saris y me sale completamente mal.

― Hm... ―se estira un poco con los ojos aún cerrados― ¿Qué hora es? ―me pregunta y yo agarro mi celular y me fijo en la hora.

― Son las ocho de la mañana ―le respondo ya parada frente a ella.

― Podríamos ir al colegio hoy, pero que te parece si... ¿Nos desviamos un poco y tomamos un desayuno en algún restaurante de panqueques? Un día que no vayamos a la escuela no nos matará ―dijo mi amiga sonriendo pícara.

― Mm... Hoy no nos toca biología ni nada que me interese. Además no tengo ganas de ver al profesor de física ―puse cara de asco de solo pensar en alguna ecuación para calcular la fuerza o la velocidad y gracias a eso me convencí de no ir hoy a clases―. Me parece una gran opción
―dije sonriendo un poco. Ya estaba cansada de estar triste y deprimida todo el tiempo. Haré como si nada pasara, solo Saris sabrá de esto y se lo diré a Sam también, pero de esto nadie más sabrá.

Ya me cansé. Ya no sufriré más, basta de esto. Trataré de vivir lo más normal posible, a pesar de lo que me tocó pasar. Al final yo aún sigo creyendo que las cosas pasan por algo y la vida me tiene preparado algo mejor después de toda esta miseria que me ha ocurrido estos últimos días.

― Está bien. Me iré a cambiar. ¿Quieres que te preste algo? ―asentí con mi cabeza y acompañé a Saris a su cuarto― Bueno, ponte lo que te guste, yo me alistaré en el baño de visitas ―dicho esto se fue con su ropa a cambiarse.

Entré a su baño y casi grito al ver mi rostro, estaba horrible. Tenía los ojos verdaderamente hinchados, unas ojeras que podrían llegar hasta el suelo y estaba completamente despeinada.

No estaba con mis mejores pintas, pero ya no puedo hacer mucho sin mi maquillaje y sin las ganas necesarias como para aplicármelo en mi asqueroso y demacrado rostro. Parecía toda una vieja. Es sorprendente como en unos cuantos días puedo pasar de ser una persona relativamente "linda" a una bruja de cien años que al parecer no ha dormido en tres décadas.

Me lavé el rostro tratando de que al menos el rímel corrido de ayer se quitara, lo que funcionó a medias.

Salí del baño para ponerme la ropa que elegí y me peiné un poco haciéndome un messy bound. Cuando salí de la habitación de Sara fui a la cocina y vi a James llegar.

― Hola Meg. ¿Qué haces aquí?

― Bueno, ahora estoy esperando a la tardona de tu hermana a que se aliste para ir a desayunar. ¿Y tú recién estás volviendo?

― Em... Sí salí con unos amigos y bueno, ya te imaginarás el resto ―dijo frotándose la nuca algo nervioso. Me reí de él porque ya sabía de que se trataba todo.

― ¿Maya?

― Sí, un poco sí ―todo el colegio estaba al tanto del romance extraño que estos dos personajes sostenían. Ellos eran los únicos que no estaban enterados de que sabíamos. A Sara y Sam les molestaba mucho aquella relación porque siendo sinceras no se veían bien juntos, pero no estaba en nuestras manos y no podíamos cambiarlo. A mí tampoco me gustaba, sin embargo la respetaba un poco más que mis mejores amigas que ni escuchar de eso podían. Al final es netamente decisión de James y nosotras no debemos meternos. Tampoco es como que se van a hacer novios porque ninguno busca una relación más seria que la de amigos con derechos o amigovios, por eso no me preocupaba tanto al verlos juntos porque sabía que al menos James no saldría lastimado de todo eso.

― Ya estoy lista. ¿Vamos? ―dijo Saris entrando a la cocina― Oh. Hola desconocido. Tan poco te veo por la casa que ya ni recordaba tu rostro ―Sara rió a carcajadas por su comentario y yo le seguí. Siempre lo molesta mucho.

― ¿Dónde desayunarán? ―preguntó mirando su celular― Pero ya es casi hora de ir a clases. Ah. No irán a clases, ¿cierto chachonas*?

― ¿Qué comes que adivinas? ―dijo Saris burlándose de él. "No hablarás ni cantarás", se me vino esa frase automáticamente a la mente al escuchar la pregunta de Sara, es la respuesta de la bruja del mar en la "Sirenita", una gran película que al parecer ya me sé de memoria. Mientras tanto James puso una cara de enojo que le duró dos segundos como respuesta a su hermana. Sara suspiró y finalmente habló bien con su hermano― Sí y también iremos a algún restaurante de panqueques a comer lógicamente un poquito mucho de panqueques hasta llegar a explotar.

― Ah. Yo también quiero, pero iré no más a clases. Una falta más y no podré jugar en las estatales. ¿Me pueden traer algo a la casa por favor? ―dijo casi de rodillas. Yo comencé a reír por su falta de dignidad cuando se trataba de comida.

No te rías que a ti también te pasa.

Es cierto, pero algo de dignidad tengo.

¿Segura?

Maldita conciencia. Siempre recordándome los peores momentos de mi vida.

― Mm... Me lo pensaré ―Saris me jaló del brazo y salimos rumbo a nuestro destino... Comer delicioso.

― Pobrecito, le haces sufrir mucho ―dije riendo mientras caminábamos hacia el restaurante más cercano.

― No, solo lo preparo para la vida ―reímos y nos tomamos del brazo para seguir nuestro camino...

Nuestros pedidos ya habían llegado y yo no podía esperar por comérmelo.

En ese momento suena mi celular. Miro la pantalla y tenía diez llamadas perdidas y varios mensajes, todos eran de Justin.

― ¿Pasa algo? ―Sara me preguntó curiosa, seguro notó mi cara de enojo al ver la pantalla de mi celular.

― No, nada ―dije borrando los mensajes y bloqueando mi celular.

― ¿Meg? ―dijo enarcando una ceja. No le puedo engañar a esta chica, me conoce muy bien.

― Eran unos mensajes de Justin y bueno, es que yo lo encontré hablando ayer con Tiffany... ―le conté toda la escenita que vi de ellos dos en el pasillo y todas las suposiciones que había ideado en mi cabeza― y bueno eso fue lo que pasó.

― ¡Oh por Dios! No puedo creerlo. La próxima vez que lo vea lo voy a... ―la interrumpí.

― Saris tranquila. No hay problema. Yo hablaré con él y no quiero hacer más líos. Quiero estar por un tiempo tranquila...

― Te entiendo completamente y lo respeto ―yo asentí con una sonrisa.

Amaba tener a Sara de amiga. Sabía que siempre podría contar con ella en todo momento, desde apoyarme siempre o para que patee el trasero de las personas que me hagan sufrir. No podría nunca en la vida haber deseado tener una amiga distinta.

Con Sara y Sam me sentía a gusto y sabía que siempre podría confiar en ellas, lo cual me tranquilizaba infinitamente.

Con Sara seguimos comiendo panqueques hasta literalmente estar a punto de explotar y nos pasamos toda esa mañana hablando de trivialidades en aquel restaurante...

Bueno, perdón por este capítulo. Sé que es muy corto y me salió medio mal, pero subiré otro. Por favor comenten qué tal esta la obra para saber si debo cambiar algo o si está bien. Eso es lo único que quería pedirles.

Natyxx

Rompiendo los esquemas (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora