Capítulo 2: The coffee date

587 24 1
                                    

"The coffee date"

― Hola... ―digo bastante insegura. Maldita sea. No quería que notara cómo temblaba mi voz y lo nerviosa que me ponía al estar cerca de él.

― ¡Hola, Meg! ¿Qué tal todo?

― Justin ―lo dije un poco confundida aún. No entendía por qué me hablaba. No es que me queje ni nada de eso. Además el chico me hace sentir extraña, eso confirma que tal vez y solo tal vez me puede gustar algo pero generalmente hablamos por mensajes, nunca en el colegio y en persona. Al parecer se dio cuenta de lo confundida que estaba respecto a su actitud, ya que habló de nuevo.

― ¿Y esa cara? No me respondas, ya sé qué estás pensando. ¿Qué le pasa a este? ¿Por qué me está hablando? ―yo asentí con una tímida sonrisa porque literal era exactamente todo lo que pensaba― Bueno el punto es que me equivoqué, no tendría que haberte dejado de hablar en público solo por Tiffany pero fue mi decisión. La verdad es que me estoy tratando de disculpar y... ―no paraba de explicarme su comportamiento. Yo no lo juzgo y no tengo problema con perdonarlo además parecía sincero y preocupado. Tal vez sea una tonta por caer ante sus disculpas, de todas formas es mi amigo y no puedo ignorarlo solo que sufra un poquito, reí malvadamente en mi interior. Solo que eso sí, no puedo negar que estoy feliz porque al fin hablamos de nuevo.

Antes de que siguiera hablando más, puse mi dedo índice sobre sus labios y le hice callar. No lo hice porque me haya cansado de escucharlo sino porque no era necesaria tanta explicación.

Cuando hice eso él se calló y me miró con una expresión de tristeza, supongo que pensaba que estaba enojada.

― Justin no te preocupes y no me des tanta explicación que no es necesario ―Justin sonrió―, pero pensaré si te disculpo o no y que conste que tendrás que hacer méritos para ganártela―sonreí dulcemente con una expresión inocente, ocultando detrás de ella mis verdaderas intenciones. Sé que soy un mal ser pero en parte se lo merece. Solo quiero jugar un poco con él con esto. Seguro que no se enoja.

Justin pensó lo que dije por un par de segundos y al poco rato me regaló una perfecta y blanca sonrisa.

Él decidió apoyarse con su brazo en los lockers, acorralándome entre su cuerpo y estos. Fue en ese momento cuando mi corazón comenzó a latir a mil por hora, parecía que se saldría de mi pecho. No era algo que me esperara que Justin hiciera, mas me ponía muy nerviosa. Estábamos a unos cuantos centímetros de distancia y pude observar con claridad los hermosos ojos azules que Justin tenía. Realmente son mi parte favorita de él, después de su personalidad claro.

― Bueno, entonces para hacer un mérito. ¿Qué te parece que te acompañe a tus clases? Ahora que lo pienso, tenemos la misma clase. Qué "coincidencia", ¿no lo crees? ―me dijo sonriendo de una sexy forma. Este chico me mata con esa encantadora sonrisa que muestra sus blancos y perfectos dientes. Sin embargo al mismo tiempo me produce risa su forma tan obvia de coquetear. Lo cual puedo suponer que lo hace a propósito.

― ¿Serías tan amable de hacerme el honor de sentarte a mi lado en la clase de literatura? ―dijo extendiendo su mano y tomando la mía, como si se tratase de una propuesta de matrimonio. Qué lindo es este hombre.

Yo acepté y tomé su mano mientras me reía bastante. Caminamos hacia el aula de literatura, que quedaba muy cerca de donde estábamos. Justo cuando entramos, tocó el timbre y entró Mrs. Morris, la profesora de literatura, a la clase.

Las primeras horas pasaron relativamente rápidas, la mitad de ellas la pasé en mi mundo y la otra mitad intenté atender a la explicación de los profesores, aunque a veces se me hacía imposible. Finalmente llegó el mejor momento del día, yo salté de mi silla y salí rápidamente del aula, era hora de almuerzo y eso me hacía feliz. Cuando entré a la cafetería, miré entre las mesas y encontré a mis amigas tonteando como siempre. Fui a la fila donde estaba la comida, me cogí una hamburguesa grande con papas, un pudín de chocolate, un milkshake de fresa y por último un refresco de dieta con una manzana, para conservar mi figura. Nótese el sarcasmo. Caminé hasta mi mesa con las chicas pero alguien me jaló del brazo y vi esos hermosos ojos azules de Justin mirándome fijamente. Tengo que dejar de babear tanto por este chico sino algún día se dará cuenta o de verdad se caerá mi baba.

Rompiendo los esquemas (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora