Capítulo 12: Be strong

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"Be strong"

― ¡Mamá! ¡Mamá! ―me encontraba en una especie de almacén abandonado. No sabía cómo había llegado allí, pero escuchaba la voz de mi madre todo el tiempo. Caminé hacia la salida de dicho almacén y encontré a mi madre frente a un acantilado. Ella me miraba con una gran sonrisa como siempre. Yo le sonreí de la misma forma y fui corriendo hasta ella, mas mientras más corría, más me alejaba de ella. Paro de correr y la miro allí parada.

― ¡Mamá! ¡Ven tenemos que volver a casa!

― Ella no volverá nunca a tu casa ―escucho una voz que viene de detrás de mí―. Yo te la arrebaté y ya no la volverás a ver ―me giro para ver a la voz y solo puedo ver una sombra con un traje color negro y una rosa blanca dentro de su bolsillo. Esa "persona" no tenía rostro.

― ¿Tú la mataste?

― Claro. ¿Quién sino? ―yo estaba molesta y comencé a correr hacia él, pero algo me deja estupefacta. El chasquea los dedos y escucho el grito de mi madre.

― ¡Meg! ―me giro para ver como una sombra se acerca hacia ella y la empuja al acantilado.

― ¡Mamá! ―corro hacia ella, mas es inútil. No logro salvarla. Escucho la risa de aquella sombra y veo como se aleja hacia el almacén desapareciendo de mi vista.

Todo este sueño signifca algo: mi madre no murió en un accidente, a ella la mataron...

― ¡Ah! ―me levanto de mi cama gritando. Desperté nuevamente con pesadillas relacionadas con mamá y su accidente. Fue horrible no poder despertar, aunque yo quisiera.

Esa pesadilla me dejó con una cuestionante. ¿Será cierto que mi mamá no murió en un accidente sino la mataron? Pero me pregunto quién querría matarla y por qué. Eso me deja muy intranquila. Me gustaría averiguarlo, mas, ¿cómo lo hago? ¿Cómo yo, una chica de dieciséis años, puede descubrirlo? Hablaré con mi padre.

Después de despertarme completamente, me quedé en mi cama escuchando música por unas horas. No tenía ganas de hacer nada. No iba a ir al colegio porque era sábado por suerte, aunque si fuese otro día tampoco iría. No tengo ganas de hacer nada y por eso no me iba levantar de mi cama hasta que sea el funeral de mi mamá que sería a las tres de la tarde.

A penas me puse a pensar en eso, se escapó un suspiro de mis labios. Miro la hora y me sorprendo porque las horas han pasado muy rápido, ya es la una de la tarde.

En ese momento entra Nana con mi almuerzo en una bandeja, por lo que pasó, ella se quedará hoy día también a trabajar y acompañarme, al menos hasta la tarde porque realmente la necesitamos aquí, pero mañana viajará como tenía planeado antes para jubilarse luego de eso. Puso la bandeja a mis pies, me abrazó y me dijo:

― Cualquier cosa que necesites me puedes llamar. Tú tienes mi número o también puedes buscarme en mi casa a penas vuelva de mi viaje. Lo sabes, ¿no? ―yo asentí y le abracé más fuerte― Tienes que ser fuerte por ti y tu padre. Yo los voy a apoyar en esto.

― Gracias ―dije en un hilo de voz. Realmente apreciaba todo lo había hecho por mí desde que era muy pequeña.

Después de eso Nana se sentó a mi lado a hablarme, yo le respondía con mi voz muy suave mientras jugaba con mi comida. No tenía hambre. Pasó un rato y Nana se volvió a parar.

― Cariño, hazme un favor y come al menos un poco de tu almuerzo, ¿está bien? ―asentí con mi cabeza como respuesta― Y te me alistas que en un rato vendrá tu padre a buscarnos ―dicho esto, besó mi frente y salió de mi cuarto. No comí la comida por la razón de siempre y fui al baño a cambiarme y ducharme. Me puse la primera ropa negra que encontré en mi armario y no me hice nada más, solo lo esencial. No tenía ánimos ni ganas de hacerme nada más, lo cual creo que es entendible. Puse la comida que dejé debajo de mi cama y bajé la bandeja a la cocina, donde tomé un poco de agua y me fui al sillón del living de mi casa a esperar.

Estuve esperando a mi papá en el living de mi casa mientras escuchaba música. Cuando mi papá finalmente llegó a buscarnos, Nana y yo subimos al auto y nos fuimos a la Iglesia donde iba a ser la misa del funeral. Era en la Iglesia favorita de mi madre. Me senté en la primera fila de adelante y las personas empezaron a llegar. Cómo odiaba que me miren así, con pena por mí y por mi padre. No me gusta que la gente piense que soy frágil.

Todos los que llegaban se acercaban a darnos su "más sincero pésame" y yo ya me estaba cansando de eso.

En eso llegan Justin, Saris y James, quienes se sientan detrás de mí y me empiezan a hablar y tratan de distraerme. Luego de unos diez minutos llega Sam con Mike, pero me sorprende ver quien más los acompaña, es Jake, lo cual me hace preguntarme la razón por la que está aquí. No lo hago a la mala, mas me sorprendió porque no pensé que se iba a enterar, sin embargo cuando me fijo bien en las personas que están en la sala de la Iglesia, están muchas personas del colegio e incluso están Tiffany y sus seguidoras. La verdad es que al verla aquí, me dan ganas de sacarla a patadas. La gente realmente se pasa muchas veces de hipócrita y eso me da rabia en especial en estos momentos.

Seguía mirando al frente de la Iglesia, cuando siento que alguien toca mi hombro. Me giro y veo a mi tía Angie y Alisson delante de mí.

― Hola hermanito ―saluda a mi padre y mi padre la abraza muy fuerte mientras caen algunas lágrimas por sus mejillas, lo que hace que yo también empiece a sollozar un poco.

― Lo siento Megan ―me dice Alisson muy insensible y se va a sentar al otro lado de la silla. Al menos no fue tan hipócrita como siempre es. Mi tía suelta a mi padre y me abraza a mí también.

― Lo lamento tanto Megan. Si hay algo que pueda hacer me lo dices ―yo asentí y la abracé por un rato más.

Mientras esperábamos que lleguen todas las personas. Escucho como se abre de la nada la puerta de la Iglesia, me giro y veo a mi tía Elisa corriendo hacia mí.

Yo me paro y la abrazo. Mi tía Elisa era la hermana de mi madre. Ella vivía en Australia y tomó el primer vuelo a aquí para poder llegar.

― Lo lamento tanto, mi niña ―me dice en medio del abrazo.

― Yo también tía. La necesito aquí. No puedo creer que ella me haya dejado sola.

― No fue su culpa amor. Son cosas que a veces pasan ―o también cosas que alguien provoca, pienso yo―, pero me tienes aquí para lo que sea que necesites.

― Lo sé, gracias tía ―nos abrazamos por unos segundos más hasta que empieza a hablar el padre y nos sentamos. La verdad es que estoy sumida en mis pensamientos por lo que no escucho mucho de lo que dice, además sé que es lo mismo de siempre.

Cuando escucho al padre mencionar a mi madre y lo buena que era, no logro aguantar y la verdad es que no sé qué hacer en ese momento. Tengo tantas ganas de llorar, de desahogarme y aparentando lo que más puedo, salgo tranquilamente de la Iglesia, bajo la mirada sorprendida de las personas, la de mi padre y mi familia. Apenas pongo un pie fuera de la Iglesia, me dirijo al patio trasero de esta, ya que la conozco como la palma de mi mano porque mamá me traía desde que era muy pequeña aquí y conozco un buen lugar, donde puedo estar sola y tranquila.

Me pongo detrás de un gran árbol que me cubre completamente con su grueso tronco y está muy alejado de todo.

Cuando me siento, me pongo a llorar de nuevo, pero como nunca lo había hecho. No podía aguantar esto, no era tan fuerte como creía que era, no lo soportaba. Estuve así como diez minutos hasta que escuché un ruido y noté que eran las pisadas de alguien que se estaba acercando. Me seco las lágrimas que caen por mis mejillas para disimular un poco. Cuando miro a mi derecha, allí se encuentra él parado, me alegra que sea él, aunque la verdad es que no me esperaba su presencia aquí...

Bueno este es el capítulo. Espero que les guste y lo siento por hacerlo muy corto, pero el siguiente será más largo y voy a subir los capítulos más seguidos. Por favor voten y comenten que les parece mi historia.

Natyxx

Rompiendo los esquemas (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora