Ocho y media de la mañana.
Peinados que se despeinan,
y se vuelven a peinar.
Alejado de mis compañeros.
Compañía desoladora.
Charlas banales
y conversaciones insustanciales.
Saludos tristes con una sonrisa.
Apogeo del sufrimiento,
culminación de indiferencia.
Vida cansada,
vida en la nada.
Monotonía.
Que la realidad queme nuestros sueños,
hasta hacerlos cenizas.