Di adiós a la vida,
di adiós a todo sueño,
a toda esperanza.
Di adiós a todo aquello que alguna vez
saludaste,
a todo aquello que alguna vez
a cogiste en tus brazos.
Di adiós a la felicidad
di adiós a la tristeza,
pero no la olvides.
Di adiós a todo amor,
aunque no puedas olvidarlo.
Di adios a toda sonrisa,
a todo aquello que te hizo feliz.
Di adiós a todo,
menos a la nada.
Es lo único imperturbable,
lo único inmortal.
Es un hombro en el que llorar
por su aparente ausencia,
por todo.
Las religiones deberían alabarla a ella