En la biblioteca conocí a un hombre,
tenía un tatuaje,
ponía:
Caballero de pluma y espada.
Entabló una conversación conmigo,
mi nuevo amigo era poeta,
y escribía en una libreta.
Y a la hora de marchar me dijo
“Me voy, tengo pelea de boxeo”
Un caballero de pluma y espada,
pero perdió la pelea
y no triunfó como poeta.
Aunque yo aún recuerdo su libreta.