Me hallaba bajo el árbol de la esperanza,
que me cobijaba del ardiente rayo de realidad,pero la realidad fue secando al árbol,
y sus hojas caían sobre mi,
yo las miraba extrañado y despreocupado,
ya que el árbol aun me escondía,
pero los rayos comenzaron a acercarse a mi,
cuando tocaron mi piel la hicieron arder,
quemaduras de realidad.
Con la piel abrasada me levanté ,
y caminé por los vastos paisajes que sus rayos
iluminaba,
fascinado.
Por fin puede ver todo como era realmente,
sin buscar una sombra que me protegiese.
Era libre para caminar por donde me apeteciera,
era libre de descansar al sol.