Y ese asombro
que rompe el alma.
Y ese dolor
que hace que el corazón lata más rápido
con la única intención de pararse.
Y todo lo que rodea al hombre
y hace que llore de rodillas
ante la nada.
Y todo lo que no conoce el hombre,
qué es lo que le mantiene con vida.
Y ese amor por lo nuevo
arrasado por la monotonía.
Y todo lo que se posa en mis ojos,
en la rama desnuda de un árbol
en el océano,
en la muerte,
en la nada.
Y todas esas pantallas
que se apagaran.
Y todas esas pizarras
que se borraran.
Y todas esas casas
que arderán hasta hacerse cenizas.
Y todos esos humanos
que alimentarán a los gusanos.
Y esos problemas sobre la vida del hombre,
que las matemáticas nunca explicaran.
Y todas las palabras
que nunca diré,
que nunca oiré.
Todos esos poemas
que nunca escribiré.
Todas esas lágrimas
que nunca llorare.
Y todo lo que te atormenta
antes de dormir
y al filo de la muerte.
