El secreto de la vida
se haya en la muerte.
Ya que es la muerte
la única capaz
de hacernos vivir.
Todas aquellas bonitas margaritas
que adornan la pradera
se marchitaran.
Arderán en su tristeza,
arderán en su soledad,
recordando días pasados,
en los que la gente vitoreaba
y se maravillaba ante ellas.
Todas aquellas margaritas morirán,
y solo así
sabrán los hombres apreciar la belleza