6. Gracias

47 9 7
                                    

-¿Quieres que te lleve preciosa?- Carl volvía a hacer de las suyas, era la hora de salida, y Mikasa se dirigía al estacionamiento de la escuela, donde ella tendría su carro. Volteo por inercia hacía de donde provenía la voz que la parecía que la llamaba. Vio a aquel rubio, y con una cara de perversión que la veía. A su lado, una moto.

-¿en esa cosa?- Lo miro con desagrado- Capaz y no enciende

Carl vio como le daba la espalda, y se dirigía a su deportivo blanco, que no estaba muy lejos del lugar, aun no estaba lejos, esa era su oportunidad, la atacaría por la espalda.

Jean también iba llegando al lugar, fue testigo del como Carl abrazaba por la espalda a Mikasa, apretandole el cuello. -¿quieres que te lleve, preciosa?- Le susurro al oido, Mikasa sintió la sangre. En ese momento Jean también fue testigo del como Mikasa se soltó con rapidez, al darle una patada en los testículos con su talón, el aflojó los brazos por el dolor Mikasa se volteo, y vio como el se agachaba agarrándose sus partes, aprovecho la oportunidad y le dio una patada en la cara, claramente volteandosela, lo tomó del pelo y le obligó a verla.

No dijo nada, Mikasa lo soltó, y se dirigió a ambos presentes, se acaba de percatar de la presencia de Jean, lo miró, y su cara era de estupefacción.

-¿Que te paso en la cara Carl?

-¿Como que que me paso?- Le dijo con irá,  aun en el suelo- Tu me pate- Fue interumpido por Mikasa

-Creo que no me estas entendiendo- Hizo una pausa y volvió a preguntar- ¿Que te paso en la cara, Carl?

-Me caí en la moto- Cayó en cuenta del por qué preguntaba Mikasa aquello, se sentía humillado, principalmente por que siempre tenía a las chicas que quería. Y aunque esa vez le había costado una patada en la cara, Mikasa no será la excepción. Volvió a ver a Jean, y su humillación no hizo más que crecer, ¿como aquel tipejo lo vería en esa situación?, apartó la mirada

-Yo no vi nada... y esto nunca paso- Jean sabía que Mikasa tendría problemas, al igual que Carl, pero ese poco le importaba, pero su Mikasa, ella claramente si le importaba,  no quería un escándalo ni nada.

Carl se retiró en su moto, y Mikasa vio a Jean.

-No veo tu carro..

-Olvide que lo tenía en el taller.. solo vine por costumbre

-¿Quieres que te lleve?

-¿Hu?

-Por agradecimiento, o tómalo que te devuelvo el favor del otro día- Se dio media vuelta- Si quieres

-C-claro- Nadie dijo nada más hasta llegar el auto, donde Mikasa entro primero y encendió el auto, pero no hizo marcha de una sola vez.

-¿Qué pasa?- Jean se sentía incomodo por el silencio

-Primero hay que calentar el motor antes de ponerlo en marcha. El motor se daña si no se hace eso- Hizo una, mientras comenzó a sacar el auto en reversa de donde lo había estacionado en la mañana- Aún no tengo licencia- Mikasa advirtió, la cara de angustia en Jean no tardó en hacer presencia, nunca antes había sentido la necesidad de ponerse el cinturón a tanta velocidad como en ese momento, que el cinturón era lo único que le importaba. Su semblante se descompuso al ver que la seriedad y silencio que tanto caracterizaba a Mikasa fue roto por la carcajada burlesca de la pelinegra. ¿Se sintió aliviado? ¡Claro que no! No tenía licencia, ¿debería confiar en ella? Llevaban al menos tres minutos de viaje cuando Mikasa, volvió a hablar, ¿su cara reflejaba tanto miedo?

-Solo bromeo- detuvo el auto, cuando una señora iba a cruzar la calle y retrocedió cuando vio el auto de Mikasa, le hizo mueca para que pasara, y la señora emprendió su marcha- Ya vuelvo- Se abajo del carro dirigiéndose hacia  aquella señora, pues sus compras parecían pesadas, y además de eso, ella iba muy lento, tardaría más ella en cruzar la calle que en ellos llegar al edificio

Cita a ciegas (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora