Donde Lee SeoHo por fin enfrentará sus sentimientos por su mejor amigo...
"Pero así éramos, atrapados en esa dinámica de agresividad controlada que, al menos por mi parte, escondía todas mis intenciones y sentimientos que no podía dejar salir. Era m...
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— Dongieee, ¿podrías darle esto a Giwook?
— Si, ¿qué es?¿Algo de Cosmos?
— Sip, me llegaron las camisas que encargamos.
— Buenísimo, yo se lo doy.
— KeonHee, ¿no vas a presentarnos esta lindura que trajiste? —preguntó el rubio mirándome de arriba a abajo.
— Ah, es SeoHo.
— ¡Ahhh! ¿¡El amigo de mi príncipe!?
— ¿Tu qué? —salté a la defensiva. Dos minutos antes estaba puteando al pollo, y ahora estaba celoso de que ese mocoso lo llamara así. Por cosas como esa odio ser géminis.
— Kim GeonHak~~~ —dijo con aegyo.
— DongJu, no seas tonto, a vos te gustaría que te dijeran "¿Sos el amigo de HwanWoong?" —dijo el bajito a su lado codeándolo.
— Perdón, es que soy fan. Lee SeoHo, entonces, mucho gusto, soy Son DongJu, este es mi mellizo Myeong y este es nuestra mascota, HwanWoong.
El último hizo un gesto de desaprobación, pero después sonrió mientras golpeaba el brazo de su amigo.
— Oh bueno, si te interesa GeonHak, mantené a este Hyung cerca, son como imanes, siempre están pegados.
Tragué seco por el comentario de KeonHee. No, no era buena idea que le diera esas sugerencias. Yo no necesitaba a nadie más persiguiendo a mi amigo y menos a un mocoso colgado de mí por interés.
— Ah, entonces deberían venir a nuestra fiesta la semana que viene. Es más, debería venir todo el equipo de lucha. Sería divertido que nos juntemos por una vez.
— Hey, que buena idea, algún día tenían que juntarse los dos grupos —dijo KeonHee entusiasmado. Su alegría era muy linda de ver, pero a mí se me revolvía el estómago de sólo pensar en las intenciones que podría tener ese chico. Mi cara probablemente no fuera para nada alegre y esperaba que nadie preguntara al respecto porque no creía ser capaz de contener mi mal humor en ese momento. Pero entonces algo me sacó de mis pensamientos.
— ¡¡Hyung!! —su voz grave fue sintiéndose más y más cercana hasta que 70kg se apoyaron en mi espalda y se abrazaron a mi cintura— ¿Qué hacés acá con ellos?¿Viniste temprano y no pasaste a saludarme?
Podía ver los ojitos de los tres chicos brillar frente a mí, seguramente estuvieran pensando en lo rápido que había funcionado el imán. Yo estaba por deshacerme contra su cuerpo. La mezcla de sentimientos que tenía en ese momento eran de lo peor, un cóctel de emociones opuestas que amenazaban con provocarme una crisis y su voz tan cerca de mi oído reprochándome, no ayudaba en nada.
— Pasé por tu aula y estabas ocupado... Así que me fui.
— Ahh... Hubieras interrumpido, bobo, siempre te estás metiendo a molestar, no te hagas.
