Donde Lee SeoHo por fin enfrentará sus sentimientos por su mejor amigo...
"Pero así éramos, atrapados en esa dinámica de agresividad controlada que, al menos por mi parte, escondía todas mis intenciones y sentimientos que no podía dejar salir. Era m...
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— Hak, ¿qué pasa? —dije parándome contra la bolsa y sosteniéndola con mi brazo a la vez que ella me servía de tope a mí. Él detuvo sus golpes y me miró.
— Necesito partirle la cara a ese idiota y a cualquiera que te haya tocado sin merecer ni un mínimo de tu atención.
— No es necesario que lo hagas, no necesito guardaespaldas... ni a alguien que juzgue mis elecciones —agregué después de una pequeña pausa.
— No es mi intención juzgar.
— ¿Por qué hablás de merecimientos entonces?¿Quién merece mi atención?
Él volvió a golpear la bolsa unas cuantas veces lo suficientemente suave como para no tirarme. Veía cómo contenía su tensión en golpes cortos ¿No iba responder?
— No sé —dijo finalmente, sonando demasiado agitado como para los pocos golpes sin fuerza que había dado—, no sé ni siquiera si yo la merezco, pero la tengo, y pelearía con quien sea para protegerla.
— No tenés que pelear, tonto. Tenés que usarla. Pero ya que querés golpear cosas sin sentido —dije posicionándome levemente de costado y subiendo mis brazos—. Peleemos.
Asintió y enderezó su pecho viéndose demasiado enorme. Se quitó los guantes y los tiró a un lado, yo hice lo mismo con mis zapatos. Me dolía internamente saber que yo no era su contrincante favorito en lo que más amaba hacer, sólo con mi ingenio podía pretender ganarle, pero en ese momento como en tantos otros, no me importaba perder. Es más, si perder implicaba quedar en el suelo debajo suyo, yo era el primero en ponerme en la fila.
Me acerqué de a saltitos sin poder evitar sonreír. Quería mantener una expresión sobria pero sus ojitos de pollo mirándome con tanta concentración no me dejaban hacerlo. Él estaba quieto, con sus rodillas un poco vencidas hacia atrás. No estaba ni siquiera intentando verse preparado o fuerte. Esperó a que hiciera el primer movimiento y yo intenté patear el costado de su muslo. Se volvió a tiempo con un giro impecable, entonces usé toda mi rapidez mental para atacar su espalda sabiendo que estaría descuidado. Antes de que pudiera bajar mi pie nuevamente al suelo, lo tomó y me obligó a rodar en el piso para no perder de forma brusca el equilibrio. Sin embargo, a pesar de la ventaja deportiva, yo tenía una de otro tipo, no tenía el mismo objetivo. Sólo me importaba capturar su cuerpo, o ser capturado por el suyo, lo que pasara primero. Así que seguí dando patadas y golpes de puños sin mucha eficacia, sólo para obligarlo a atacar de una vez a él.
No tardó en subir la intensidad. Ya me había dejado en ridículo unas cuantas veces, y eso en idioma pollo significaba que era hora de demostrar lo que podía hacer. Su primer ataque fue alto, por lo que me curvé hacia atrás y lo esquivé. Al ver que perdía el equilibrio, dejé que mis brazos me sostuvieran, apoyé la planta de mi pie en su pecho y lo empujé usándolo como envión para terminar mi vuelta. Caí sobre mis pies después de un giro en el aire hacía atrás y él aterrizó con su culo en el suelo.
