Capitulo 5

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“Al pasar por un periodo difícil, recuerda: aunque hayas perdido grandes batallas, has sobrevivido y estas aquí. Eso es una victoria. Demuestra tu alegría y celebra tu capacidad para seguir adelante”.

-El manuscrito encontrado en Accra.

Estos días eran realmente interesantes, estar rodeada de tanta gente, empezar a conocerlos, las actitudes que me gustaban y las otras que no tanto, estudiar; esto era una buena manera de superar lo mal que la había pasado con anterioridad, de pasar página, y seguir avanzando.

El grupo empezó a formar como una especie de familia, una familia muy rara en realidad, el acoso de Angélica y las chicas hacia Noeh, era algo sorprendente, pero divertido de ver, y no solo era ella si no todas, aunque una que otras no estaban en ese show.

La noche caía, y me encontraba con pocos de los chicos del grupo en la biblioteca, los demás se habían ido a descansar. Por mi parte, podría quedarme hasta altas horas acá a estudiar o estar haciendo algo antes de irme a dormir.

-¿Qué estás haciendo?- pregunté a mi compañera de al lado.

Era una de las personas que menos veía en la mañana, no recordaba su nombre, ni mucho menos de donde venia, pero no parecía ser una persona odiosa.

-Estoy revisando algunas poesías, ¿quieres ver?- dijo algo tímida.

-Vale.-

-Esta es una de las primeras-. Soltó señalándome algunas páginas.

Realmente escribía bien, eran una especie de acróstico. Sin darme cuenta estaban junto a nosotras otra chica cuyo nombre no recuerdo y Noeh, al parecer éramos los únicos despiertos a tan altas horas de la noche.

La conversación fluía entre nosotros, y era algo divertido, al parecer tal momento había hecho que mi sueño desapareciera.

De un momento a otro ya solo quedábamos solo Noeh y yo, ya saltaban mas de las 2 de la mañana, y nosotros acá sin sueño.

-¿Qué libros has leído?

Son unas de las preguntas más fáciles de hacer y de contestar para iniciar una conversación.

-En estos momentos estoy leyendo El Psicoanalista.

-Yo lo leí y me encantó, debes terminarlo.

-Sí, va interesante.

Desde que tengo tiempo en el grupo esta era la primera vez que tenía una charla que durara con este chico más de 5 minutos seguido. De un momento a otro nuestra conversación empezó a dar un giro muy raro he incomodo en la conversación.

-Yo inicié en este mundo de la lectura gracias a mi novia.- Soltó el.

-No sabía que tenías novia.-

Mentí, si sabía, un día escuché una conversación, cuando una de las chicas lo soltó, el por supuesto no lo negó, me dio mucha risa ver la expresión de las demás, eso sí que había sido una sorpresa para muchas.

-Yo hecho que muchas personas a mi alrededor también hayan empezado a leer, entre ellos también mi pareja. ¿Y porque ella no ha venido a estudiar acá?-. Espero no haberme sobrepasado con esa pregunta, dije para mí.

-Ella se suponía que iba a venir, pero al final no vino.-

- ¿Y porque no quiso?-. Espero no haberme pasado con esa pregunta, yo y mi bendita curiosidad.

-No lo sé-. Se limitó a contestar. - ¿Cuánto tiempo tienes con tu novio Kathe?-.

-Mucho tiempo créeme, 4 años y este 25 cumpliremos otro mes más-.

-¡Yo también cumplo los 25, meses con mi novia!- Soltó sorprendido.

-No jodas, ¿enserio?- Solté con la misma sorpresa- Solo falta que me digas que el mismo tiempo, y si es así, mira que me da algo-.

-No- Dijo riendo. –Tenemos menos tiempo que tú, solo 1 año y 6 meses.

-Que bien. Sabes creo que ya es hora de irnos acostar-.

-Sí, pienso lo mismo. Vamos a las habitaciones-.

Todo el camino fue platicando, era agradable hablar con él.

-Fue divertido Noeh, linda madrugada, que descanses-. Me despedí mientras tomaba el picaporte de la puerta de la habitación para entrar.

-Que descanses Kathe.-

Lo observé cuando caminaba por el pasillo, para luego desparecer entre una de las habitaciones de ella.

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Ya no me despertaba la alarma; las chicas entre caminar, vestirse, y todo lo demás hacían más ruido que mi pobre alarma, parecía un cocuyo delante de tanto ruido.

-Vamos acosadora, hora de levantarse-.

Tenía aun mis ojos cerrados pero reconocí esa voz, y por lo de acosadora, no podría ser otra que Isabella.

-Ya me levanto.- Solté junto con un bostezo.

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-Hola gente- Dije al entrar a la sala de clases.

-Hola Kathe- Soltó Leo

-Hola Leo, buen día-.

-Hola Kathe, que raro llegando tarde.- dijo en tono muy sarcástico Eliana.

 -El problema no es que yo llegue tarde, el problema es que ustedes madrugan-.

Soltaron todos en unísono una carcajada.

-Sí, claro Kathe, tienes unas cosas-.

-Todo es cuestión de cómo lo mires- aún riéndome de mis ocurrencias.

-Hola chicas y chicos-.

Si, conocía la voz de ese chico, Noeh había llegado al salón.

-Hola-.

Mi boca solo pudo articular un hola, no por nervios, nada de eso, solo que no se me ocurría nada más interesante que decirle, todo ese tiempo esa persona había resultado algo invisible para mi, aparte de claro, cuando había una nueva fans en su grupo, y lo acosaban hasta dar pena ajena. Yo simplemente observaba el chistoso escenario.

Angélica con su innecesaria sed de siempre tener su atención y la de los demás. Las acosadoras mas pasivas que querían algo con él, pero creo que se valoran más así misma y su momento de acosar iba al margen, las que si no les paraba mucho porque tenían a otros chicos, o por su edad, cosas mejores que hacer, otro mejor enfoque que estar liándose con alguien que no verán más, vaya a saber los motivos de porque no lo hacían; y estaba yo, no sé que a cual grupo yo pertenecía, quizás pertenecía al grupo de chicas que pensaba que era guapo, y que uno u otro juego con el no le vendría mal a nadie, pero se negarían rotundamente a bajarse a tal grado de acoso, y mejor lo trataba lo menos posible, y así todos viviríamos en paz; si, definitivamente pertenecía ese grupo, no sé cuantos integrantes habían en el, quizás solo yo pensaba así.

A distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora