Capitulo 7

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“Yo creo que dos personas que se hacen reír, tienen derecho a todo”

-Xavier Udasco.

-Ya estoy lista chica, y es temprano me queda tiempo.

-Tenemos una prueba hoy y tu andas de lo más calmada, ¿Qué pasa contigo Kathe?- Soltó Isabella.

-Ya me levanto hija de dios.

-Eso te pasa por andar durmiendo tan tarde.- Replicó.

-Anda primero y yo te alcanzo.

Me levanté de un tirón en cuanto Isabella y todas las demás salieron del cuarto, tomé una ducha rápida, me vestí lo más rápido y casual posible, ya llevaba días poniéndome mis botas, en realidad las amaba, miré al espejo entonces vi mi desastroso cabello, intenté arreglarlo y me gustó como quedó, tomé mis cuadernos y me dirigí a clases.

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La clase terminó más rápido de lo que pensé, y de nuevo todos se unían a hablar a un lado del salón, yo simplemente me limitaba a reírme de lo que escuchaba.

-Hola Kathe-

Escuche esa voz conocida.

-Hola Noeh-. Me limité a decirle.

Resultaba algo incomodo nunca podíamos establecer una conversación cuando había mucho público, me limité a sonreír y salí de la habitación.

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-Booh- Solté a su lado con la intención que se asustara, expresión que no logré conseguir, en su lugar conseguí una mejor, su sonrisa.

-Hola Kathe.- Dijo él.

-¿Qué tal tu noche vampirito?

-Como todas las noches.

-Eso me suena como si fuera aburrido- Solté.

-Estás muy equivocada, es entretenido.

-Creo tomaré eso como un cumplido- Dije con expresión dudosa.

-¿Qué me cuentas de nuevo Kathe?

-Los números o un cuento posiblemente, ¿Qué prefieres?

Soltó una leve risa.

-Déjate de tonterías.

-Pero ¿Por qué tendría que dejarlas? , si son ellas la que te hacen reír.

-En realidad, creo que tienes mucha razón.

Le enseñe la lengua como hubiera hecho un niño en forma de burla, de la misma manera me respondió el.

-Que maduro de tu parte tal respuesta- Solté riéndome.

-No la enseñes mucho, que provoca- Soltó con picardía.

Si había alguien que sabía ponerme de nervios y como una moto, era este chico, aunque para ser sinceros, tampoco se lo iba a confesar.

-Eso suena provocador y peligroso.

-Pueda que sea de esa manera-Volvió a soltar.

La madre que lo parió, que me pongo cardiaca. Volví a enseñar la lengua retadoramente, sonrió porque lo había vuelto hacer, nos quedamos un rato en silencio, solo sonriendo uno al otro mirándonos a los ojos, no sé porque lo hacíamos por un momento pensé que se le estaba pasando algo por la mente, luego de semejante juego solo quería besarlo, me acerqué a él y lo besé en la mejilla y creo que hubiera un poco más allá, a no ser por la hermosa visita que acaba de llegar.

A distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora