Capitulo 8

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“No era su amante, ni su novio y tal vez ni su amigo, pero fue y siempre será el ÉL de ella”.

-Anónimo

-Me siento súper mal, necesito un consejo de alguien.

Para la suerte de muchos, excepto la mía, me encontraba en ese momento muy cerca de ella, y aunque mis intenciones no eran de ser hipócritas, siempre tenía como una especie de lección que había aprendido, no se da ayuda a quien no la pide o no la necesite, en este caso la pedía y la necesitaban y tenía que responder a eso.

 -¿Qué pasa? Dije algo dudosa.

-Problemas con un chico, esta depresión va acabar en cualquier momento conmigo, y para colmo tengo un amor platónico que me va matando- Dijo agobiada.

Como si me lo hubiera estado gritando sabía a quién se estaba refiriendo, Noeh, sin duda alguna y como no fuera más evidente, él, era su problema.

-No hay tormenta que dure 100 años, todo estará bien, y por lo otro la misma palabra dice, platónicos, y eso es lo triste de todo.

No muy convencida de lo que le había dicho se limitó a decir.

-Lo sé, gracias Kathe.

En ese momento se unían más chicas a la conversación y como es natural de Angélica, se dedicó a llamar toda la atención posible, no estaba muy interesada a escuchar mas, me despedí de algunas de las chicas de la habitación, y me dirigí a mi habitación.

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-¿Estas allí hermana mía?- dije mientras se instala la cámara de la laptop para poder hablarnos.

-Mira quien está allí, la que más olvida a su hermana.- Soltó Coral con exageración.

-Estudio Corita, y las diferencias horarias no ayudan para nada.

-Excusas, excusas y más excusas. Si ya sé que has hablado con Steven por acá, y a tu hermana, que se la lleve un tren.

Como extrañaba a mi hermana y sus ocurrencias, a pesar de ser muy distintas, nos acompañábamos muy bien.

-Si lo sé, pero de raticos, y con mi mamá y hermano solo por llamadas como contigo. Dije con resignación

-Claro que se todo eso, me negreas, cuéntame todo lo que no me has dicho. Soltó con picardía.

-Bueno todo normal, joder, estudiar, comer, sobrevivir, dormir, madrugar, ya sabes lo normal.

-¿Y que mas….?- Soltó con aburrimiento.

-Bueno, hay un chico por el cual toda están bien bobas, y durante las últimas noches, nos encontramos por algunos lugares del hotel y nos disponemos a hablar, a estudiar, a reír, pero nada más.

-Manda foto, quiero ver fotos ¡ya!. Dijo gritando.

 -Que te pongo en silencio, si no dejas de gritar Coral, enseguida te mando una, espera.

Me dirigí a una de las redes sociales más conocidas, “Facebook”, busqué su perfil, y robé una de sus fotos, bendito sea Mark Zuckerberg que la gente no se daba cuenta, cuando se hacía esto.

-Ese es Noeh.- Dije mientras enviaba la foto.

-No está nada mal hermanita mía. Esa podría ser la dosis que necesites- Soltó coral riéndose.

-Ni que lo pienses, no quiero ser devorada por su club de fans, quien sabe lo que pueda ser de mí, no mi amor, mejor me quedo como estoy, está agradable no lo niego, pero allí se queda.- Dije decidida.

-Buenaaa Kathe, ¿Qué has hecho con mi hermana, ah?, ella no diría eso.

-Pues créeme que sí, estoy bien como está todo, no quiero liarme más.

-Como quieras hermanita,  ya te conozco yo. Solo diviértete.

-Eso hago, me la paso genial, uno que otro detalle, pero esto me encanta. Y cambiando de tema, ¿No tienes sueño?

-Me estoy muriendo de sueño, y resistiendo con valor.- Dijo Coral con exagerada entonación.

- Anda a dormir Coral, iré a estudiar.- dije mientras lanzaba un beso a la pantalla.

-Querrás decir a encontrarte con el chico. – Soltó con picardía.

-Puede ser- Le guiñé el ojo, mientras volvía a lanzar un beso y cerraba sesión.

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Para mi sorpresa al llegar a la biblioteca me encuentro a  Noeh y Angélica sentados a unas de las mesas cerca de la puerta, ninguno de los dos traía muy buena cara, subieron la mirada al mismo tiempo para verme, saludé con la mano sin decir ninguna palabra,  y fui respondida de la misma manera, me dirigí al final de la habitación tirando mis cuadernos a la mesa, usualmente escogía estas horas para estudiar, me gustaba, no había nadie todo era absoluta paz, ,mas silencio que en otras horas del día.

-No te duermas Kathe-.

Escuché decir suavemente muy cerca de mí oído. Levanté de un golpe mi cabeza de los cuadernos, percatándome que me había quedado dormida en la biblioteca de estudio del hotel, aún sobresaltada por el momento me puse a buscar entre el montón de libros de la mesa mi teléfono, ¿Cuánto tiempo me había quedado dormida?

-¿No me dices hola?-

Volviéndome asustar voltee mi rostro rápidamente, para mi sorpresa me encuentro con el lindo rostro de Noeh, creo haberme quedado un rato observándolo, mi mirada se fue desde sus ojos hacía sus labios, inmediatamente me di cuenta que esperaba una respuesta y que yo estaba como tonta aun viéndolo y me imagino con una cara de loca recién despierta.

-¿Debería? ¿Se tiene que agradecer a los que andan echando susto a las personas dormidas? – solté con mirada desafiante pero sonriente.

-Ok pues, no agradezcas.- Dijo pausado.

-Serás bobo, feo. Bromeo, muchas gracias por despertarme y por el susto. Dije sonriente.

-De nada Kathe, ¿y eso que te quedaste dormida?-.

-Investigando, debí recostarme y quedarme dormida, no sé ni en qué momento fue.

-Deberías ir a dormir, si tienes sueño- Dijo Noeh.

-Si supieras que no, me has espantado el sueño- dije con exagerada y falsa molestia.

-Está bien, lo siento, quizás debí dejar que pasaras una linda noche en esa mesa, se ve muy cómoda para dormir, quizás más cómoda que las camas.

-Wow, wow, ¡hey chico! vamos no te metas con las camas de acá, ni me las compares, a menos que sea con el cielo.

Reímos los dos al mismo tiempo.

-Bien exagerada que eres Kathe.- dijo con una linda sonrisa.

- Pero si no exagero, es la verdad- dije luego que le enseñe la lengua en forma de burla. 

A distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora